martes, 2 de noviembre de 2010

Acho… de Toros, pasiones y romances (fragmento)


Magazine // Setiembre de 2003

A un cuarto de legua de la Plaza Mayor, en las faldas del cerro San Cristóbal y a muy poco trecho de las riberas del Rímac, en el corazón de lo más acendrado de la tradición, donde cada octubre, desde hace más de dos siglos revive el ancestral combate entre el hombre y la bestia, teñida de romance, pasión, tragedia (y por qué no decirlo…) de absurdo también)… ahí está la legendaria plaza de toros de Lima
Eran tiempos turbulentos aquellos del año 1540, cuando los conquistadores no habían terminado aún de disputarse el Perú a sangre y fuego… sería uno de aquellos días que los limeños presenciaron la primera corrida de toros. En aquella ocasión el marqués Francisco Pizarro, a caballo, “benefició” a rejonazos al segundo de tres toretes de la ganadería de Maranga, programados para esa jornada en la Plaza Mayor de Lima.

Motivaciones políticas y galantes

Este último sería el escenario más frecuente de las corridas de toros en la capital del virreinato del Perú, hasta que llegado el año de 1765 una serie de acontecimientos políticos, económicos… y galantes (no por ello menos importantes) decidiría la construcción de la que sería con el tiempo la plaza de toros más importantes de América.
Acusados los jesuitas de conspirar contra la corona española, el rey Carlos III decidió la expulsión de la Compañía de Jesús, tanto de la metrópoli como de sus posesiones de ultramar. Así, desterrados “los hijos de Loyola”, el virrey Amat comenzó a recelar que la medida pudiera traer algún eco en quienes hacían alarde de ideas revolucionarias y acordó aplicar la fórmula de darle circo al pueblo a fin de prevenir futuros laberintos.

¿Hacho o Acho?

Amat se ocupó entonces de prodigar a los limeños toda clase de divertimentos, en ese afán autorizó al empresario Agustín Hipólito de Landaburu llevar a cabo su proyecto de construir un “circo para las lidias de toros” en las faldas del cerro San Cristóbal. Empero, los maldicientes insinuaron (y acaso no les faltaba razón) que lo que llevó a su excelencia a levantar el coso en realidad fue halagar a su querida Micaela Villegas, “La Perricholi”, como aquella vez en que mandara a erigir el Paseo de Aguas…a fin de cumplirle aquella promesa de “ponerle el cielo a los pies”… a costa del quinto real o lo que era lo mismo, de las faltriqueras de Su Majestad.
A decir del periodista taurino Luis Cayo, Luisillo, el término “Hacho” designaba así a una zona desde donde era posible divisarse el mar desde Lima (cosa que hoy en día se hace imposible, dada la abundancia de edificios altos en la zona). Según subraya el especialista, con el tiempo el término Hacho perdió la h y se convirtió en Acho, que es como conocemos hoy a esa plaza de toros. La construcción del escenario demandó tres años, invirtiendo Landaburu cerca de cien mil pesos, resarciéndose luego con las pingües ganancias que obtenía cada temporada. Sin embargo, con el tiempo sus descendientes cedieron los beneficios del coso limeño al Hospicio de Pobres, administrado por la Junta Real de beneficencia de Lima (en la actualidad, la plaza es propiedad de la Sociedad de Beneficencia de Lima Metropolitana).

La alegría de vivir...

El siglo XVIII del cual dijo Voltaire: “Que quienes no lo conocieron no supieron lo que era la alegría de vivir” dejó su huella en la Ciudad de los Reyes… y allá… abajo del puente, especialmente cuando los días son grises en octubre –que es cuando Lima huele a sahumerio y fiesta brava- aún es posible percibir esa pasión por los toros que llevó a don Francisco de Ingunza a levantar su famoso mirador… a causa de una disputa de amores con el señor de Landaburu, quien le prohibiera entrar al coso por tal motivo (cosas de aquellos tiempos).

domingo, 12 de septiembre de 2010

¡FANTASMAS EN EL CALLAO!


PRENSA CHALACA - SETIEMBRE 9 DE 2010

Espectros, Voces de ultratumba, espíritus atormentados…
¡Fantasmas en el Callao!
¿Ha escuchado caer algún objeto al suelo sin que aparentemente nadie lo haya tocado?, ¿o le pareció ver a alguien que un instante después ya no estaba?, ¿Pudo oír un vago rumor de voces que luego atribuyó a su imaginación? Acaso todo ello tenga explicación ya que “ellos”… “los otros” siempre han estado ahí… al menos en dos de los lugares más representativos del primer puerto: La Fortaleza del Real Felipe y el cementerio Baquíjano y Carrillo.
El Grupo Dharma
El grupo de investigación de fenómenos paranormales “Dharma”, llevó a cabo una serie de pruebas en los referidos lugares, con resultados “reveladores”. Dharma está conformado por profesionales de las más diversas especialidades (comunicadores, ingenieros electrónicos y ex oficiales de la fuerza aérea entre otros) y que en modo alguno parece tratarse de individuos dados a inventar supercherías. Anteriormente, prestigiosos medios de comunicación han recurrido a ellos para elaborar informes sobre la actividad paranormal: “En todo caso –manifiesta el investigador Pedro Noguchi- sometemos nuestro material a quienes deseen comprobar su autenticidad, está a su disposición cuando quieran”.
“Dharma” hace uso para llevar a cabo sus investigaciones de sofisticados equipos electrónicos que le permite hacer lo que ellos llaman “las verificaciones”, como el detector de ondas electromagnéticas, termómetros, brújulas, varillas de radiestesia, péndulos, grabadoras de audio digital, circuitos cerrados de vigilancia, cámaras infrarrojas, cámaras fotográficas digitales, reflectores infrarrojos y parabólicas para concentrar mejor los sonidos de las grabaciones.
¡Gritos desgarradores!
“El Torreón de la reina”, en la Fortaleza del Real Felipe, fue uno de primeros ambientes en los que el grupo Dharma hizo sus pruebas, debido a que según habían escuchado, se suelen escuchar gritos, lamentos y un entrechocar metálico, como si se tratara de un combate a espada. Siendo de madrugada decidieron dejar encendida en aquel lugar, completamente vacío, una grabadora de audio, logrando captar 84 minutos de psicofonía (esto es, una versión de audio, obtenida a través de medios electrónicos de otro plano o de seres que provienen del más allá).
“Como puede oír –dice Pedro Noguchi, mientras nos deja escuchar la psicofonía- lo que se percibe es un rumor de gente transitando, moviendo cosas, dando portazos, hay también sonidos de rejas sonando; luego se escucha todo tipo de voces, una de ellas, varonil, proviene de alguien que usa un tono imponente, hasta ceremonioso (propio de otra época), como que está dando una orden, de inmediato se escucha una serie de gritos de mujer, gritos desgarradores y luego cánticos de varias personas, a un ritmo lento”.

El monje encapuchado
Durante el recorrido nocturno y posteriormente en la madrugada, el grupo de investigación, algo más de una veintena de personas, entre las que se encontraban cinco médiums, recorrió los lóbregos pasajes de la fortaleza colonial, portando cámaras fotográficas digitales, la consigna era tomar fotos apenas sintieran “la necesidad de hacerlo”. El propio Pedro Noguchi así lo sintió, al momento de encontrarse en “La Casa del Gobernador”:
“La intención era tomar algunas fotos a los maniquíes que con los trajes de esa época se exhiben en aquel lugar. Sin embargo, al visualizar una de las tomas, nos dimos sorprendidos con que en el ventanal se apreciaba la imagen de un monje encapuchado que parecía observar lo que hacíamos. Luego inspeccionamos el lugar y nos dimos con que aquella ventana comunica con el exterior. Pero he aquí lo revelador, antes de que tomáramos las fotos, dos de las médiums afirmaron haber visto caminando a un individuo encapuchado”.

¡Quiero ver a mi mamá!
Sobre una de las losetas de la “Casa del Gobernador” puede apreciarse impresa la huella de un pie diminuto, el pie de un niño. De hecho, se suele referir la presencia espectral de un niño en ese ambiente. Se hizo uso entonces del Fran Box –un sofisticado aparato- usado para realizar barridos de frecuencia, en el que se puede captar respuestas de entidades del más allá, al hacerse algún tipo de interrogante.
-Nosotros hicimos una serie de preguntas –afirma la investigadora Carmen Briceño- y entre otras respuestas obtuvimos la voz de un niño que decía: “Quiero ver a mi mamá”… luego pudimos oír la voz de una mujer que preguntaba por su hijo. Luego, en el Torreón de la Reina, se captó una fotografía en la que aparece la maño de un niño tratando de coger el chupetín que una miembro del grupo (la fisioterapeuta Daniela Ramírez) llevaba en el bolsillo la casaca. Daniela nos diría luego que efectivamente sintió que algo la agarraba por el brazo. Seguidamente llevamos a cabo la prueba la psicografía; es decir que uno se pone en trance y las entidades comunican lo que quieren expresar a través de mi escritura… y entonces pude recibir los siguientes mensajes:
“Todo es oscuro aquí… quiero jugar… y esos malos no me dejan… ¿tú quién eres?... mi mami me dice que me esconda… que son malos aquí… no puedo respirar…”
Del mismo modo, el equipo del Grupo Dharma captó otras fotografías, como aquella tomada con doble flash, en la que dos sombras parecen ir tras el grupo de investigadores; una de las sombras parece tomar a la otra del cuello. Finalmente, el encargado de Restauración y Mantenimiento del Real Felipe, Armando Muñante, afirmó que mientras trataba de hacer contacto con uno de los entes en el Torreón de la Reina, valiéndose de un instrumento electrónico, algo lo cogió por detrás: “En mis 25 años trabajando aquí, nunca me había pasado algo así”, refirió.
¡Aquí, hasta los fantasmas son bravos!
¡En el Callao hasta los fantasmas son bravos!, ¿no? –concluimos al escuchar lo que nos refiere Pedro Noguchi de sus experiencias en el Cementerio Baquijano y carrillo- Así es, reafirma el investigador paranormal, incluso otro de los miembros del equipo nos dice que el Presbítero Maestro es un jardín de niños al lado del Baquijano y Carrillo, es que en él detectamos un mayor grado de hostilidad.
Todavía no tenemos una teoría precisa al respecto –agrega- pero creemos que es porque su arquitectura permite la concentración de energía, ya que son cuarteles en dos niveles muy altos, los cuales están demasiado juntos, unos con otros, formándose así corredores muy estrechos, con menos de un metro de espacio para recorrer. Hay incluso cuarteles techados subterráneos, que dan la impresión de ser mucho más cargados que otros que están al aire libre.
¡Váyanse!
En el cementerio
–agrega la investigadora Carmen Briceño- al intentar hacer contacto con las entidades a través del Fran Box, se pudieron escuchar estas respuestas: ¡Váyanse!... ¡Ayúdenme!
En el parvulario –donde yacen enterrados los niños- varias personas tuvieron una gran sensación de tristeza, debido a lo cargado del lugar, ya que sin duda, muchas madres sintieron ahí el pesar por haber perdido a uno de sus hijos.
Diferentes miembros del grupo, entre ellos la propia Carmen Briceño, afirmaría haber visto pasar rápidamente a una mujer vestida de blanco. Pero el testimonio más dramático sería dado por un ciudadano australiano que se declaraba escéptico en los temas paranormales.

La niña solitaria
“Vagaba solitario por uno de los cuarteles
–dice Thomas Shane- cuando de pronto surgió la figura de una niña que vino caminando hacia mí, puse una mano delante para no toparme con ella, pero pasó a través mío, sentí entonces como agua burbujeando dentro de mí”.
Los miembros del grupo encontrarían luego a Thomas Sane sollozando, sin duda no era para menos. Finalmente harían algunas otra fotos más en la que se aprecia claramente la presencia de “orbes”, figuras esféricas de energía, que delatan la presencia de una de estas entidades ultra terrenas, sobre las cuales hay quienes afirman que podría tratarse de partículas polvo. “Lo cual puede ser discutible –subraya Noguchi- ya que cómo puede tratarse de una sola partícula de polvo, como se ve en la foro, ahora, siempre se da su presencia donde se declara la ocurrencia de este tipo de hechos paranormales”.
Pedro Noguchi hace finalmente una reflexión: “Si nosotros logramos demostrar a la gente que no cree en esto que existe un mundo espiritual, muchas cosas cambiarían, uno sería mucho más consecuente con sus actos al saber que existe un lugar al que iremos después de esta vida y que los fenómenos que nosotros vemos pueden ser personas que no lo entendieron así”
(-) Los interesados en corroborar la autenticidad de las experiencias del Grupo Dharma puede visualizarlas a través del blog: www.energiamisticablogspot.com

martes, 7 de septiembre de 2010

"Los muertos sólo mueren cuando se les olvida"

Ir de paseo al cementerio no deja de ser sobrecogedor, el ver a tantos tipos -que alguna vez estuvieron tan vivos como tú- descansando eternamente, te hace pensar en la tenue diferencia que hay entre estar vivo y no estarlo.
DIARIO PRENSA CHALACA/SETIEMBRE 6 DE 2010
Los héroes y antihéroes del cementerio Baquijano y Carrillo
¡Chalacos hasta la muerte!

Orgullosos de ser del Callao, hasta para irse al otro mundo, la gente del puerto tiene a mucha honra el ser enterrados en su principal camposanto: “El Baquijano y Carrillo”, en la cuadra 22 de la Colonial. Héroes y antihéroes, “sanos” y santos, gente de a pie o “nacidos en cuna de oro”… todos son iguales ahí, no obstante la gloria, la pompa monumental o la simple lápida de yeso donde yacen inscritos sus nombres.

¡Flores… flores… flores… a tres solcitos el ramo caserito!... ¿a quién viene a ver?, ¿a su mamita… a un pariente… a un amiguito...? ¡Llévale florcitas amiguito no seas malito, hay rositas, crisantemos, claveles, de todo papito!
Todas las vendedoras de flores usan el mismo tono condolido y lastimero -muy a propósito- para llegarle al alma (y al bolsillo) al tipo de clientes que llega hasta las puertas del cementerio “Baquijano y Carrillo”, a visitar al que acaba de partir o al que ya lleva residiendo buen tiempo en el camposanto. Sin embargo, para bien o para mal, una cámara siempre opera prodigios en el ánimo de los demás…
-Ya pe china no seas mal agüero, a lo mejor el joven quiere llevarle flores a su mamita que está en su casa y tú ya la estás matando, hay que sonreír pe, pa que venga la gente.

¡A veces la gente no se muere!
Es una mañana fría y gris, como la de cualquier día de principios de setiembre, pero para la “china”, la “gorda” y la “ventanita” (una mujercilla de edad indefinible a quien le falta uno de los dientes delanteros), la cosa no puede andar mejor…
-Joven, estamos contentas porque hay días en que la gente no se quiere morir y no sabemos que hacernos después con la merca, hoy estamos rayando, ojalá que todo siga así…
-Ojalá… claro…
Cuando uno traspone las puertas del cementerio chalaco en lo primero que fija la mirada es en el imponente mausoleo de la familia Piaggio, lo mismo que en la del resto de las familias italianas que afincadas en el primer puerto a principios del siglo XIX, lograron hacer fortuna e irse a la eternidad como nunca soñaron en su tierra natal; con su nombre escrito en fino mármol de Carrara, traído precisamente de Italia (lo que son las cosas), allí están los monumentos mortuorios, diestramente esculpidos, de los Gaggero, Betteta y naturalmente, el del coronel Néstor Gambetta Bonatti, quien combatiera en la guerra contra Colombia, distinguiéndose por su bravura en el campo de batalla y dejando bien en alto a la furia porteña.
Pero está también la última morada de los bravos combatientes del batallón “Guardia Chalaca”, quienes ofrendaron su vida en la batalla de Miraflores ante la invasión chilena y la del coronel Manuel Dulanto, héroe chalaco de la batalla de Ayacucho, que decidiera finalmente la independencia del Perú, frente a la dominación española. Más adelante, encontraríamos los nichos de quienes hallarían la muerte combatiendo en el Cenepa, durante el último conflicto armado contra Ecuador.

Luz y sombras
Un tanto alejada de la suntuosidad de los mausoleos, están los cuarteles o pabellones bautizados con nombres que hace mucho dejaron de ser de uso ordinario, sólo para quedar relegados en el santoral: San Gervasio, San Expedito, San Clodomiro, San Eleodoro; de entre tanto laberinto de nombres y hombres muertos supervive el de una mujer cuyo culto se mantiene hoy más vivo que nunca: su capilla yace sembrada por dentro de miles de plaquetas de agradecimiento.
-Buenos días hermanito, pase usted, ¿viene a pedirle una gracia a Sarita?- nos pregunta una menuda anciana, cuyo ojo izquierdo yace velado por la catarata.
-Pues no, sólo he venido a tomar unas fotos-
-Igual, sea usted bienvenido- nos responde amablemente la única hermana viva de Sarita Colonia.
Una pareja de edad madura parece orar con suma devoción frente a la efigie de la santa, no podemos dejar de observarlos con curiosidad. La mujer que vende estampitas nos manifiesta que “es un almita muy milagrosa”. Sí claro, pero por lo general sólo hemos visto la efigie de Sarita Colonia en los torsos desnudos, llenos de cicatrices de cierto tipo de personajes.
Y como para darnos razón, un grupo de muchachos vistiendo poleras de manga larga y gorras, y luciendo más de uno la señal dejada por una navaja en el rostro se acercan persignándose a darle gracias a Sarita “por ayudarlos a salir con éxito de algún trabajito”, se apresura a decirnos una mujer que acaba de prenderle una vela a la santa.
-Pero ojo –nos dice- Sarita tiene devotos en todos los niveles sociales, aquí encuentra usted placas de agradecimiento de personajes como Carlos Álvarez, Cecilia Bracamonte, Polo Campos y hasta del finado ex entrenador de la selección de fútbol, Marcos Calderón, quien muriera en la tragedia del foker de Alianza Lima.
Como fuere, la torva mirada que nos dedica uno de aquellos sujetos mal encarados que acaba de prenderle velas a Sarita, nos disuade de tomarle fotografía alguna.
Sin embargo en el cementerio Baquijano y Carrillo no todos acuden a la santidad para lograr su cometido.
-Aquí viene gente a hacer “trabajos”, en especial los martes y viernes, es en esos días encontramos cosas raras, como velas negras y prendas enterradas dentro de los nichos –nos dice un vigilante- ¿ve por ejemplo esa cartera, esas bolsas negras, esas cajitas?, ¡ya!, esos son trabajos que se le hace a la gente para hacerle daño.
¡Hinchas a muerte!
Hay nichos cuyas lápidas parecen tener el mismo denominador: en ellos yace grabado el escudo del equipo rosado del puerto: “El Sport Boys Asociation”, lo que se diría “hinchas rosados a muerte”. Quienes ocupan aquellas tumbas, a juzgar por la fecha de su fallecimiento, no parecen con todo haber muerto de muy avanzada edad, casi todos son jóvenes que no superaron la treintena.
-He visto los entierros de muchos de ellos –nos dice un vigilante- con sus ataúdes cubiertos con la bandera del Boys, al momento de dar los hurras por el difunto, se escuchan a veces disparos al aire, como quien hace un homenaje. No digo que sean todos los barristas, en todo caso son miembros de las barras más extremas.

¡Te esperamos!
En el cuartel San Ambrosio damos con la lápida de Pedro Mesías Ugarte (“Dupe”), a quien se sindicó como líder de la banda “Los Malditos de Castilla”, quien fuera asesinado a la salida de la discoteca “El Timbalero” por miembros de una pandilla rival: junto a una joven de quien se decía era su novia: Marjorie Salas Fonseca, una atractiva jovencita, menor de edad, que aspiraba a ser vedette, como su tía Lucy Bacigalupo y que era miembro de la barra femenina del Boys: “Las Corsarias”, a la que parece perseguir la fatalidad, ya que muy cerca encontramos el sepulcro de una de ellas, menor de edad también: ¡Mi hijita ya tiene siete de meses de haber sido muerta y violada señor y el asesino sigue libre! –nos dice afligida Gladys Contreras Peña, mientras la hermana de la difunta retoca su nombre con tempera negra sobre fondo rosado en la lápida.
Hace mucho que ya es de tarde y la noche comienza a ganar terreno, damos una última mirada a las lápidas donde más de uno de sus dueños parece dedicarnos una sonrisa a modo de despedida, como diciéndonos: ¡Sólo es una hasta luego, aquí te esperamos!

miércoles, 14 de julio de 2010

¡VIVE LA FRANCE!


Si hay uno o dos personajes con los cuales se nos identifica a nosotros los locos (alguna vez explicaré porque no tomó por afrenta tan divertido comentario que las “personas cuerdas” hacen sobre nuestra salud mental) ellos son claro - invariablemente- Juana de Arco y por supuesto Napoleón … no me extenderé en las razones o sinrazones que aluden a que puedan o no haber estado en sus cabales (Napoleón era en todo caso pipiléptico... hoy en día a medio mundo la locura le sobreviene por ahí... así que... ).
Cierto es que se califica de locura, de insania el que “Napo” haya desangrado a Europa con las cruentas conflagraciones que originaron su desmedida ambición… cierto es también que Juana de Arco bien pudo ser una alucinada, quien sin embargo contagió con su locura a toda una nación… logrando finalmente liberarla de la opresión de la Pérfida Albión.
Debo decir con todo que guardo un entrañable afecto por todos aquellos franchutes… por D’Artganan, Porthos, Athos y Aramis… ¡Todos para uno y uno para todos!... Como a Edmundo Dantes y al padre de todos ellos: Alexandre Dumas… como amo a Asterix y Obelix (y desde luego, al héroe de verdad -aquel caballero de reluciente armadura, imponente como una deidad-, quien rindió sus armas a César para no ver sojuzgado a su pueblo … a Brigitte Bardot y Sophie Marceau… a Jules Verne y a sus viajes fantásticos rumbo a la luna, al centro de la tierra y a lo profundo de la mar… a Víctor Hugo y a “Nuestra Señora de París” y también a la Torre Eifel y a "Les Champs Elices"… a la gitana Esmeralda y al misio de Gringoire (“A ser ladrones nos obligan las circunstancias pero a ser malos poetas qué nos obliga"
).
Y amo a Leonor de Aquitania… y también a la eterna enamorada reina Margot... sumamente cultas en cuanto al arte de amar por doquier, en cuerpo, cerebro, alma y corazón… el tipo de mujeres que hacen enloquecer aún a los hombres que en el fondo de nuestra locura nos creemos sumamente sensatos .
Y amo también la suprema inspiración de Rouget de Lisle que lo llevó a crear aquel tan sublime canto a la libertad, la igualdad y la fraternidad (“Pura mierda”… dirían sin duda argelinos, marroquíes e indochinos… a quienes los hijos de la equidad, libertad y la fraternidad tanto oprimieron) … Amo el Himno de los soldados voluntarios de Marsella… “Allos Anfants…”… la Sinfonía 1812 de Tchaikowski, que evoca la retirada de La Grand Arme de Rusia, con el formidable estampido de los cañones napoleónicos al inicio de la sinfonía … con el pintoresco mariscal gascón Joaquín Murat (en cuyo sable lucía la divisa "El Honor y las Damas") quien al grito de “Vive le Empereur”… llevó tantas veces a sus húsares y dragones hacia la muerte y hacia la gloria, comandando tantas cargas de caballería…
Cómo no amar también a “les bleus”, comandados por el genial Michelle Platini (a quien sus elegantes jugadas en el “Parque de los Principes” lo hicieron motejar como “Monsieur Le Comte"
)… a sus lugartenientes Alain Girese, Dominicque Rochetau, Didier Six… Marius Tresor… protagonistas de uno de los partidos de fútbol más hermosos y gloriosos que alguna vez vi en el mundial de España 82… por cierto, aún recuerdo como celebré ese 3 a 0 a brasil en el mundial del 98, aquella selección era una auténtiga Legión Extranjera, liderada por un argelino y secundada por vascos, itálicos y toda suerte de peloteros, llegados de todas las provincias francesas de ultramar... a excpeción de Deschamps y no sé cuantintos más...
Y por supuesto, quien quiera que ame la historia de Francia, con todas sus contradicciones, ha de amar a la Legión Extranjera... y a aquellos infortunados mercenarios tan capaces de los actos más inicuos como de un abnegado "beau geste" en nombre de un camarada de armas. ¡Aquí la legión!... ¡Marchar o morir!... decían los hombres del Coronel Max Chevalier, comandante de la Legión Extranjera en Addis Abeba… de aquellos hombres capaces de tantos hechos vanos y heroicos... Francis Didier, Jacques Du Fonternacq y Rene Bosch (nombres pergeñados por ese genial escritor argentino de comics: Robin Wood).
Y bueno, tampoco olvidemos la educación sentimental debida a esos hombres de mundo y no menos letras... Balzac, Flaubert y Maupasant... o a quellos otros... malditos y descastados: Rimbaud y Verlaine... a la
Piaff y sus amores no correspondidos... a Gauguin, Monet y David ... sobre todo por aquel soberbio "Napoleón cruzando los Alpes"...

En fin... Amo a la patria de Dumas, Hugo y Sartre… y soy también de corazón… ¡Un franchute como el que más… Feliz 14 de julio…!



¡Vive La France!



domingo, 13 de junio de 2010

Fritz Walter y el milagro de Berna


El triunfo alemán después de la Segunda Guerra Mundial

Luego de la Segunda Guerra Mundial, Alemania quedó totalmente devastada, el precio que hubo de pagar esta nación a causa de la locura de Adolf Hitler y su deseo de dominar el mundo había sido muy alto. De este modo los alemanes tuvieron que trabajar casi sin descans para reconstruir su país. Nueve años después de concluir la guerra, la hazaña conseguida por el equipo alemán dirigido por el entrenador Sepp Herberger y capitaneado en la cancha por Fritz Walter sería la fuente de inspiración de la “nueva Alemania”.

Stalingrado, enero 31 de 1943. Un cuarto de millón de hombres del ejército alemán se rinden ante los soviéticos. La orden de Hitler ha sido resistir hasta el fin, pero el mariscal alemán Von Paulus ha visto ya demasiado horror, presenciando incluso como sus hombres se comían los cadáveres de sus compañeros para poder sobrevivir. Cercados por los rusos, y ante la perspectiva de ver morir a centenares de miles de compatriotas, Von Paulus decide desobedecer las órdenes del furher y se rinde.

Prisionero en Siberia
Entre los soldados que tiritan hambrientos ante el inclemente frío ruso, se encuentra el soldado Fritz Walter, quien al escuchar la noticia de la rendición de los suyos se lo hace saber a su compañero de trinchera:
-¿Oíste?, ¿oíste?, la pesadilla terminó, sin duda los “ruskis” nos harán prisioneros pero no tardaremos en volver a casa, ¿oíste, oíste?
Pero su compañero no podía escucharlo, al igual que otros miles de soldados, había muerto víctima del “general invierno”, el mismo del que se habían valido los rusos más de un siglo antes para derrotar a Napoleón. El soldado Walter ignoraba también que habría de pasar mucho tiempo hasta que lo dejaran regresar a Alemania, luego de permanecer dos años como prisionero de guerra en un campo de concentración en Siberia.
Así, al volver a su país, la escena dantesca que le presentaba la imagen de su país era en verdad estremecedora. Kaiserslautern, su ciudad natal, si bien había sufrido menos que otras ciudades alemanas los estragos de la guerra, ofrecía el triste espectáculo de los mendigos y los niños hambrientos. ¿Y ahora qué hago?, se decía, se empleó entonces como obrero y comenzó de nuevo, lo mismo que tantos otros.

Reconstruyendo a Alemania
Un día después del trabajo, los compañeros organizaron un partido de fútbol para divertirse. Para su sorpresa su dominio del balón seguía siendo el mismo que lo llevaría a ser considerado el volante creativo más prometedor de la selección alemana convocada por el técnico Herberger para disputar el frustrado mundial a disputarse en Alemania, en 1942. En 1940, los alemanes habían derrotado por 9 a 3 a la selección rumana, marcando Walter 3 goles.
Desgraciadamente, aquel mundial nunca se jugaría, la selección quedó disuelta y Walter, lo mismo que otros tantos talentosos jugadores debieron olvidarse la pelota para empuñar el fusil. Pero corría el año 1946 y todo ello había ya pasado, la gente que estaba alrededor del campo aplaudía sus jugadas y entonces se dio cuenta que el mejor modo de ayudar en la reconstrucción de su amada Alemania era jugando al fútbol.

El tío Sepp
Esta idea cobraría aún mucho más fuerza cuando un día recibió la visita del “tío” Sepp Herberger, su viejo entrenador en la selección alemana. Fue sin duda un emotivo reencuentro, en el que Herberger –conocido más por sus dotes de motivador que por ser un buen estratega- le dijo: “Fritz, vengo a pedirte tu ayuda para reconstruir Alemania y demostrarle a nuestra gente que podemos volver a ser respetados como nación; te vengo a pedir que me ayudes a devolverle la fe a los nuestros”.
De ese modo, Fritz Walter volvió a jugar al fútbol, figurando nuevamente en el quipo de su ciudad: El Kaiserslautern. Aunque no había competiciones oficiales, ya que el país en reconstrucción tenía prioridades más importantes, los clubes organizaban pequeños torneos a fin de mantener a sus jugadores en forma. Por fin, en 1949 el entrenador Herberger es nombrado oficialmente entrenador de la selección de Alemania Federal.

Alemania excluida del mundial
No había tiempo que perder. Se había anunciado la realización del primer mundial, luego de finalizada la Segunda Guerra Mundial, en Brasil. Comienza entonces a reclutar a sus antiguos jugadores y a otros nuevos que había ido descubriendo. El primero en ser convocado es Fritz Walter, quien siente el corazón dársele un vuelco ante la posibilidad de volver a vestir la camiseta de su selección.
Sin embargo, la FIFA emite un comunicado, trayendo por los suelos los sueños de Herberger, de Fritz Walter y de todos los jugadores alemanes: Alemania no participaría de las eliminatorias del mundial de fútbol debido a los hechos propiciados por esta nación, durante la Segunda Guerra Mundial, la cual había propiciado la muerte de millones de personas.

Triunfo alemán
Los alemanes dieron un profundo suspiro. Sin embargo el entrenador Herberger se encogió de hombros y con frío pragmatismo germánico dijo: “Mejor, así tendremos más tiempo para prepararnos y estar listos para el mundial de Suiza”. Aquel mismo año, luego de que Uruguay diera la vuelta olímpica ante Brasil en el Maracaná, el equipo alemán saltaba a la cancha en Sttugart ante el seleccionado suizo, frente a 115,000 alemanes que aquella tarde corearían el triunfo alemán por 1 a 0, obra del capitán Fritz Walter.
Alemania llegaría al mundial de Suiza luego de eliminar a Noruega y El Sarre (territorio alemán independiente). Los aficionados alemanes comenzaban a acostumbrarse a ver en el capitán Walter al hombre que transmitía las directivas del entrenador Herberger en la cancha, era en rededor de Walter que Alemania funcionaba a la perfección. Pero el equipo alemán tendría su prueba de fuego en el mundial de Suiza, frente al equipo sensación de aquella época: el valet húngaro, dirigido por Ferenc Puskas.

Los húngaros y Ferenc Puskas
Hungría llegaba a Suiza como el equipo favorito para alzarse con la copa del mundo. Hacía cuatro años que no perdía un partido. Además en torno a Puskas estaban otros jugadores no menos talentosos: Kocsis, Czibor, Hidegkuti y Budai. Para colmo, a los dirigidos por Herberger les tocaba bailar con la más fea: los húngaros habían sido incluidos en el mismo grupo de Alemania.
El entrenador alemán hizo cuentas y sacó en claro que había que tender una trampa a los húngaros. De nada le valía competir con ellos tratando de demostrar una superioridad futbolística que no tenían. Era más conveniente hacerlos sentirse tan seguros en su superioridad. Así, luego de derrotar a Turquía por un contundente marcador, los húngaros se vieron frente a los alemanes, entonces Herberger puso un equipo suplente, el cual fue derrotado como era previsible por los alemanes por una goleada de 8 a 3.

¡Desaparézcame a Puskas!
Los 50 mil aficionados alemanes que habían llegado a Suiza quedaron por completo decepcionados, ya nadie creía en la selección alemana… ni comprendían porque la estrella Fritz Walter se había resignado a quedarse en la banca. Herberger sólo sonreía enigmáticamente. Era verdad, los húngaros habían ganado, pero el DT alemán había hecho algo más, según cuenta la leyenda antes del partido que terminaría con derrota por 8-3 frente a los húngaros, dio una orden terminante a uno de sus dirigidos: el defensa Liebrich, a quien le había dicho: “Vaya donde Puskas y desaparézcamelo”. Al parecer, obediente y disciplinado como todo alemán, Liebrich cumplió con su misión y sacó de un feroz puntapié a Puskas de los cuartos de final y de la etapa semifinal del torneo.
Llegaron los partidos contra Austria y Yugoslavia y frente a ellos, los capitaneados por Walter volverían a alzarse con la victoria. Pero ¿qué había conseguido el entrenador alemán con la goleada que Hungría le había propinado a su equipo? Pues que los húngaros se confiaran creyéndose superiores a los alemanes, pero también que quedaran en primer lugar para que enfrentaran a las siempre peligrosas selecciones sudamericanas. Y así fue, los húngaros sufrieron para vencer tanto a brasileros como uruguayos; en tanto que Alemania se las vio más sencillas frente a austriacos y yugoslavos, quienes eran inferiores, técnicamente, a los sudamericanos en tanto la lesión de Puskas iba recrudeciendo.

La batalla de Berna
Así llegó la final. Los húngaros eran ampliamente favoritos, y lo pusieron de manifiesto adelantándose en el marcador por 2 a 0. Sin embargo, había otro factor que comenzaba a inclinarse a favor de los alemanes: desde muy tempranas horas del día, el cielo de la ciudad de Berna había comenzado a nublarse y había pronóstico de lluvia, la cual comenzó a caer sobre el gran gramado del estadio suizo.
A los pocos minutos la cancha era un lodazal y los húngaros no podían hacer ese juego de toque y habilidad que les era tan propio, sumándose a ello el desgaste físico del partido que habían debido jugar 48 horas antes en ese mismo estadio, frente a Uruguay, en un incidente que la historia registra como “La batalla de Berna”. Aquel encuentro había abundado en enfrentamientos y duelos verbales, con un saldo de dos expulsados por equipo y varios lesionados.

Alemania… ¡campeona del mundo!
Como se entiende, los húngaros estabas disminuidos físicamente y a los pocos minutos Alemania a través de Morlock y Rahn, conseguían el empate. El capitán Walter en tanto no bajaba los brazos, y él sólo competía en creatividad contra medio equipo húngaro, sirviendo pases al delantero Uwe Rahn, quien aprovechó uno de esos pases servidos como con la mano para poner el 3 a 2 sobre los 84 minutos del segundo tiempo.
Finalmente el árbitro pitó el término del encuentro. Nadie lo podía creer. Alemania, un equipo que había llegado sin brillo, pena ni gloria al mundial, había derrotado al sorprendente equipo húngaro. El milagro de Berna se había operado. Luego del horror de la Segunda Guerra Mundial, los alemanes “volvían a ser una nación victoriosa gracias al fútbol”; gracias al entrenador Herberger y a su capitán Fritz Walter.

sábado, 5 de junio de 2010

Cuando los nazis mataron al fútbol


El Holocausto de Mathias Sindelar

Su nombre era Mathias Sindelar y era… judío, y ser judío en plena dominación nazi fue lo peor que le pudo ocurrir. Adolf Hitler está bien muerto hace mucho, pero el racismo y la intolerancia siguen existiendo… aquí y allá… no olvidemos que en esa misma Sudáfrica donde se jugará el mundial 2010, reinaba hasta hace poco el Apartheid (negritos aquí… blanquitos por allá…).
En 1939, el mejor futbolista de su época tomaría la fatal determinación de acabar con su vida. Mathhias Sindelar, goleador del Wunderteam (el “equipo de ensueño austriaco”) se había negado a jugar por la selección nazi y por ello sería condenado en vida, debido también a que el servicio secreto de Adolf Hitler se había encargado de encontrarle un origen judío. Por eso no extrañaría que, el “mejor jugador austriaco de todos los tiempos”, según la FIFA, optara por autoeliminarse antes de ser víctima de los carniceros nazis.

El goleador austriaco
En 1938 la Alemania Nazi de Adolf Hitler invadió Austria y la anexionó al Tercer Reich. Aquel mismo año se jugó en Francia el tercer mundial de fútbol. Entre los países clasificados estaba precisamente Austria, sin embargo, se había dispuesto que los jugadores austriacos pasaran a forma parte del equipo alemán. Pero hubo un jugador que se negó a jugar por el “seleccionado nazi”. Su nombre era Mathhias Sindelar, la estrella del Wunderteam (equipo maravilloso), quien protestaba así contra la invasión de su país por parte de las hordas alemanas.
A finales de los años veinte, el entrenador austriaco Hugo Meisl comenzó a convocarlo al combinado austriaco. A partir de ahí, el equipo inicia una impresionante secuencia de victorias. En 1933, la serie ya era de 12 triunfos y dos empates. Sindelar, como delantero centro, había marcado 27 de los 60 goles del equipo, que registro resultados como 8-1 en contra de Suiza, 8-2 en Hungría y 5 -0 en Alemania.

Austria, favorita en el mundial, pero…
Así llegaba Austria como favorita al mundial de Italia, venciendo en la fase inicial a Francia por 3 a 2 y a Hungría por 2 a 1 en cuartos de final. Sin embargo, fatalmente se toparían con la selección italiana en las semifinales. Fatalmente porque los italianos (aliados de la Alemania nazi) habían organizado ese mundial para ganarlo, recurriendo a todo tipo de artimañas.
No extrañó entonces que se sirvieran del árbitro para hacer valer un gol convertido en evidente fuera de juego. En tanto, Austria hubo de conformarse con disputar el tercer puesto frente a… Alemania, el mismo que perdió por 3 a 1, y en el que volvieron a repetirse las actitudes extrañas del árbitro a favor de los aliados de Italia. En aquel encuentro, Mathhias Sindelar estaría ausente debido a una lesión, luego de un foul artero del “carnicero” Monti.

¡No jugaré por los nazis!
De regreso a casa y una vez repuesto de la lesión, Sindelar continuó jugando en el FK de Austria, y no volvió a ganar la liga, aunque conquistó dos veces la Copa Mitropa, que era la única de carácter internacional en el momento. El 26 de diciembre de 1936 jugó un último partido contra el Herta de BerlÌn en la capital del imperio nazi, aquel día jugaría un excepcional partido, llenando los ojos de los jerarcas nazis. Entonces, uno de ellos se presentó al camarín austriaco y le ofreció la posibilidad de nacionalizarse alemán para poder jugar por el seleccionado nazi.
“Claro que no”, diría Sindelar, soy austriaco y seguiré jugando por mi país. Y así cumpliría su palabra, jugando incluso las eliminatorias para el mundial siguiente, Francia 38. Pero aquella respuesta dada a los nazis, decidiría su futuro destino. Autria como era de esperarse clasificó al mundial y todos esperaban que esta vez el Wunderteam se alce con la copa del mundo.

Derrota del Tercer Reich
Pero con lo que no contaban los futbolistas austriacos con lo que estaba por ocurrir… a principios de 1938, los nazis anexionarían Austria al Tercer Reich, decretándose que todos los futbolistas de la selección austriaca deberían en adelante formar parte de la selección alemana. La mayor parte de los jugadores austriacos se plegarían a la medida, pero no Sindelar.
De ese modo, pese a haber clasificado, Austria no participó en el mundial, integrando sus jugadores el seleccionado alemán, el cual hizo por otro lado un pésimo papel en Francia. Siendo incluso abucheado en cada una de sus presentaciones cada vez que al inicio de un encuentro hacían el saludo nazi. Fue durante el partido contra Suiza –país contrario a la guerra y que se mantuvo neutral durante la Segunda Guerra Mundial- que los franceses presentes en el estadio entonaron su himno nacional: la Marsellesa. Aquel partido culminaría con una derrota para la selección del Tercer Reich.

El fin de Sindelar
El año de 1939 las cosas habían empeorado para muchas personas en Austria, especialmente para… los judíos. Cuando alguien se mostraba dispuesto a no complacer a los nazis, estos le buscaban el pretexto necesario a cualquier situación y así se dio que sin esforzarse mucho le encontraron antepasados judíos a Sindelar. Por ese motivo lo marcaron como opositor, le impidieron jugar, trabajar y cruzar las fronteras, quedando olvidado y sin trabajo, además fue perseguido y se ofreció una recompensa a quién lo delatara.
Lo denunció uno de sus compañeros de equipo del Wunderteam (uno que lo culpaba por el ridículo que habían hecho los austriacos en el equipo alemán) y el 22 de enero él y su esposa italiana Camila, se suicidaron inhalando gas de la cocina ante la posibilidad de terminar en un campo de concentración.
En el club en el que jugaba se recibieron más de quince mil telegramas de pésame, y por ese mismo motivo el correo estuvo atascado por seis días, a su funeral asistieron cuarenta mil personas que enfrentaron la amenazadora presencia de tropas nazis para asistir al funeral. La calle donde él vivía, pasó de llamarse Laaerberg a Sindelarstrasse. En el 2000, la Federación de Historia y Estadísticas del Fútbol nombró a Sindelar el jugador austriaco más importante de todos los tiempos.

lunes, 24 de mayo de 2010

"LA CARMAÑOLA"


Lo mismo que todas las revoluciones, la francesa tuvo también su ingente cuota de sangre. Para el pueblo francés no había mayor motivo de júbilo que el que por fin los odiados aristócratas, aquellos que durante siglos los habían oprimido pagaran sus crímenes en la guillotina. Cuando el verdugo Sansón mostraba las cabezas cegadas por “la barbera nacional”, las expresiones de júbilo de los ciudadanos llegaban al éxtasis danzando al son de de las canciones de moda compuestas por el ingenio popular en plena época de “El Terror” como “Le Carmagnole” o “La Carmañola” y “Ça ira”, melodías que eran objeto de las pesadillas de la otrora clase privilegiada, cuyos integrantes encerrados en prisiones como La Force o la Conceglerie, esperaban turno para trabar conocimiento con el célebre y “piadoso” invento del Dr. Guillotín.

“Los sin calzones”
Para el año 1792, Luis XVI y María Antonieta, los reyes de Francia eran tan sumamente impopulares que sus súbditos ardían en deseos de deshacerse de ellos y proclamar la república. Sin embargo, los sectores moderados tardaban en tomar una decisión y entonces a modo de protesta los parisienses comenzaron a hacer notar su disconformidad cantando Le Carmagnole.
Se trataba de una melodía que los soldados franceses que fueron a luchar al Piamonte italiano llevaron hacia el sur de Francia y desde ahí a París. En sí, la carmañola era un conjunto de vestir masculino, compuesto por una chaqueta y un chaleco; prendas que fueron adoptadas por los activistas más recalcitrantes de la revolución: los jacobinos, pero sobre todo por el ala más extrema los “sin cazones” o sans culottes (que era como se llamaba a los misios).
La letra, traducida del francés decía poco más o menos:

Bailen los sin calzones
y viva el son, y viva el son.
Bailen los sin calzones
y viva el son del cañón.

I
Yo que soy un sin calzones
un baile tengo que dar
y en lugar de guitarras
cañones sonaran

II
Si alguno quiere saber
por qué estoy descamisado,
porque con los tributos
el Rey me ha desnudado.

Por cierto, hay que aclarar que los revolucionarios franceses no eran unos impúdicos tales que caminaran por ahí sin calzones o calzoncillos… en aquella época se llamaba calzones a aquella prenda que hacía les veces de medias o calcetines y que podían llegar hasta la rodilla.
Tal era la canción al ritmo de la cual danzaban los revolucionarios mientras el buen Sansón separaba con destreza la cabeza del tronco a los pérfidos aristócratas.

Ça Ira
Era otra canción popular entonada por los revolucionarios en plena vorágine sangrienta era “Ça Ira”, que podría no traducirse sino interpretarse como ¡Venceremos!, y cuya letra nos da más o menos idea de lo mal que la pasaba la monarquía y los pobres aristócratas. La famosa canción inspiró incluso una ópera al compositor inglés Roger Waters, que ambienta naturalmente los eventos fatídicos de la revolución. La letra decía así:

Ça ira, Ça ira, Ça ira
En Francia hay una revolución
Ça ira, Ça ira, Ça ira
Vigila lo que dices o la cabeza perderás
Ça ira, Ça ira, Ça ira
Para pasar el tiempo, una ejecución debes mirar
Ça ira, Ça ira, Ça ira
Un dex, trois y muerto caerás
Ça ira, Ça ira, Ça ira
La historia de María Antonieta vas a escuchar
Ça ira, Ça ira, Ça ira
La visión más sangrienta que nunca verás

Escúchenlas… si tienen buen oído se divertirán, la versión de Ça ira la interpreta el célebre “Gorrión de París”, Edith Piaf…

Le Carmagnole:
Ça ira:

miércoles, 19 de mayo de 2010

"EL DÍA QUE REYNA OPACÓ AL REY"

La misión encomendada al no muy brillante pero correcto jugador peruano Luis Reyna durante las eliminatorias para el mundial México 86, asemeja en mucho a esas misiones que muchos calificarían como imposibles… imagínense… anular nada menos que al mejor jugador del mundo… al mejor de todos los tiempos... a D10s… a “El Diego”… a Maradona… No obstante, la misión fue cumplida a cabalidad y Perú le pudo ganar a Argentina por 1 a 0, pasando Luis “Cachete” Reyna a convertirse en el único jugador que pudo “anular” literalmente al “diez”.

Es historia conocida. Perú no había comenzado haciendo una buena eliminatoria para el mundial de México 86. Había perdido su primer partido frente a Colombia por 1 a 0 en El Camping de Bogota, empatando con el mismo rival en Lima cero a cero y ganándole por la mínima diferencia a Venezuela a domicilio. Ante tan malos resultados, la dirigencia optó por hacer un cambio en el comando técnico; salió Moisés Barak para dar paso al “niño terrible” Roberto Challe, aquel ex volante de Universitario de Deportes, quien había sacado de quicio a los argentinos en la Bombonera, durante las eliminatorias para México 70.
Maradona y otros diez más
Los Cueto, Uribe, Barbadillo y Oblitas reaccionarían bien ante el cambio. Con Challe como director técnico lograron golear por 4 a 1 a los venezolanos. Pero ahora venía el verdadero problema, no sólo era Argentina a la que había que derrotar, eran, como se decía por aquel tiempo: “Maradona y otros diez tipos más”... Maradona nada menos. Ciertamente, después del mundial de España 82 en donde fue molido a patadas por Claudio Gentile de la selección italiana, Diego había conseguido demostrar en Europa, tanto en España como en Italia, todo lo que su genialidad futbolística era capaz de dar.
Ahora, Challe tenía frente a sí todo un reto: ¿a quién debía confiar la marca de Maradona?, ¿al patrón José Velásquez? De ningún modo, este último cumplía otras funciones en el equipo, había que recurrir a otro jugador. Primero pensó en Jorge Olechea, pero una inoportuna lesión lo sacó de sus planes. Entonces puso los ojos en el volante de Universitario Luis Reyna. Un jugador nada brillante, pero si muy cumplidor: “un cuatro pulmones”, de esos que te corren toda la cancha, recuperan pelota y se la pasan al compañero mejor ubicado.
¿Estarías dispuesto a marcar a Maradona?, preguntó Challe a Reyna, a quien por otro lado, lo único que le importaba era jugar: “Ponme donde quieras Roberto, lo que quiero es estar en el equipo”.

¿Dónde carajo está Diego?
Llegó así el día del partido: domingo 23 de junio de 1985, el estadio Nacional colmado en sus cuatro tribunas. Maradona con la banda de capitán lucía condescendiente estrechando las manos de los jugadores peruanos. En realidad reinaba el entusiasmo entre los argentinos, venían de ganarle a Colombia por 3 a 1 en su casa y aparentemente el equipo peruano no era el mismo de México 70 y ni que hablar de Argentina 78 o si quiera el de España 82.
Una vez que sonó el silbato del árbitro, los jugadores argentinos comenzaron a pasarse la pelota entre ellos desconcertados, ¿dónde carajo estaba Diego? Decían sin saber que hacer. Buscaron entonces la camiseta albiceleste número 10 y la encontraron, sí, y junto a ella pegada como una estampilla, no dejando ni siquiera respirar a Maradona, la camiseta blaquirroja número 17. ¿Quién es ese tipo?, rumiaban los jugadores Valdano, Rugeri y Batista.

“Hasta La Habana me siguió el hijo de puta”
Aquel día un oscuro jugador del club Universitario de Deportes pasaría a la posteridad por haber reducido a la impotencia a Maradona, quien no pudo hilvanar una sola de sus geniales jugadas. La zurda prodigiosa “del diez” no apareció durante todo el partido, sin embargo Reyna no le cometió una sola infracción, fue una marca pegajosa pero leal. De ese modo, maniatado el cerebral jugador argentino, los peruanos lograron imponerse a los rioplatenses por un gol a cero, obra de Juan Carlos Oblitas.
El resto es historia conocida. El partido de vuelta sería empatado por Argentina faltando ocho minutos para terminar el partido y los albicelestes se alzarían con la copa del mundo en México 86, siendo aquel el inició una larga ausencia de Perú en los mundiales, la cual se prolonga hasta la actualidad.
Pasaron los años y Maradona recordó la marca que le hizo Reyna en su libro “Yo soy el Diego”: “Aquel muchacho me siguió hasta el baño, ¡una cosa de locos viejo! En una jugada pisé mal y salí de la cancha, para que me viera el doctor. ¡Y el tipo me siguió hasta el borde de la cancha! Cuando volví se me paró otra vez al lado. Me hablaba, me hablaba... Cada uno hace lo que puede, pero éste muchacho se pasó de la raya... Me pegaba trompadas también... Que bárbaro ese Reyna... Y pensar que a Cuba me llegó una pelota firmada por todos los futbolistas peruanos, deseándome la recuperación y estaba la de él también... Hasta La Habana y a los 40 años me siguió el hijo de puta”.

sábado, 15 de mayo de 2010

"LILI MARLEEN"



Hace unos días, el 8 de mayo, el mundo conmemoró el final de la Segunda Guerra Mundial… todo el mundo se acordó entonces del tal por cual de Adolf Hitler, del holocausto judío y naturalmente, de los soldados caídos que contribuyeron a liberar al mundo del fascismo, sin embargo, nadie pareció acordarse de ELLA…, lo que entiendo es una verdadera injusticia… y es que ella también merecía un homenaje… vaya si se lo ganó…

Hace unos setenta años, poco más o menos, los ejércitos más poderosos de la tierra se levantaron unos contra otros a fin de imponer su supremacía... desde todas partes de Europa, África, Asia y América acudían los jóvenes soldados, morral y fusil al hombro, ciegos a una voluntad superior a la suya para hacerse matar entre sí… por el fuhrer, por la democracia, por el Duce, por los oprimidos del mundo… todos ellos sin embargo tenían algo en común… estaban enamorados de la misma chica… de Lily Marleen…

“Soldaten auf der Wacht”
Era agosto de 1941 y la Segunda Guerra Mundial había dado inicio dos años antes… entre muchos de los oficiales que fueron movilizados entonces estuvo el teniente Kart Heiz Reitgen, quien recibió la comisión de tener a su cargo la dirección de una emisora militar en la ciudad de Belgrado (en la ex Yugoslavia). Para cerrar las trasmisiones dedicadas a la Whermatch (las fuerzas armadas alemanas), cercana las diez de la noche el teniente Reitgen ponía un disco que pronto se hizo muy popular.
La canción se llamaba “Lily Marleen”, en ella un soldado cantaba a su novia a la que había dejado en casa, y con la que esperaba volver a encontrarse después de la guerra… “al pie de una farola y frente al cuartel”… la letra se basaba en un poema compuesto por el soldado alemán Hans Leip, durante la Primera Guerra Mundial y cuyo título original era “Soldaten auf der Wacht” (“Canción de un joven soldado de guardia”), posteriormente habría de ser musicalizada, pero sólo alcanzaría popularidad cuando el teniente Reitgen comenzó a pasarla en plena Segunda Guerra Mundial desde aquella estación radial en Belgrado.

Martha Sánchez…
El asunto es que la melodía evocativa y melancólica no sólo fue del gusto de los soldados alemanes sino también de aquellos que estaban del otro lado de las líneas, de tal modo que pronto hubieron versiones de “Lli Marleen” en inglés, francés, danés, húngaro, italiano, finés y hasta en español… y así "Lili Marleen se convirtió en la canción de todos los soldados de la Segunda Guerra Mundial.
Y es que todos tenían en casa a una Lily Marlenn a cuyos brazos querían volver al terminar aquella “Maldita Guerra”… desde los soldados nazis que marchaban bajo las órdenes del mariscal Rommel en África, los aliados que combatían mientras avanzaban por Europa… los italianos que se veían forzados a luchar por el Duce en una causa en la que no creían hasta los legionarios españoles de la división azul que combatían en Moscú.
Debo admitir que la primera vez que trabé conocimiento con la famosa canción fue a través de la desastrada versión de aquel grupo español “Olé Olé” (1985), que lastimosamente destruye el sentido original del mensaje… convirtiendo al romántico soldado que evoca a la novia lejana en un cobarde marica, en fin… he ahí las dos versiones, la de Marlene Dietrich (1944, y con la que naturalmente me quedo) y la de la riquísima de Martha Sánchez, que termina asesinando a la pobre Lily Marleen. Pero antes la letra escrita por el soldado Hans Leip.

Lyly Marleen (Hans Leip)

Frente al cuartel,
delante del portón,
había una farola,
y aún se encuentra allí.
Allí volveremos a encontrarnos,
bajo la farola estaremos.
Como antes, Lili Marleen.
Nuestras dos sombras
parecían una sola.
Nos queríamos tanto
que daba esa impresion.
Y toda la gente lo verá,
cuando estemos bajo la farola.
Como antes, Lili Marleen.
Pronto llama el centinela
"Estan pasando revista
Esto te va a costar tres días"
Camarada, ya voy
Entonces nos decíamos adios
Me habría ido encantado contigo
Contigo, Lili Marleen
Ella conocía tus pasos
tu elegante andar
todas las tardes ardía
aunque ya me había olvidado
Y si me pasara algo
¿Quién se pondría bajo la farola
Contigo?, Lili Marleen
Desde el espacio silencioso
Desde las tierras de la tierra
Me mantienen como en un sueño
tus adorables labios
Cuando la niebla nocturna se arremoline
yo estaré en la farola
Como antes, Lili Marleen

http://www.youtube.com/watch?v=bUsePoATbrU (Versión Original)
http://www.youtube.com/watch?v=ER6VYMRaLpU (Olé Olé)

jueves, 29 de abril de 2010

Noche de Ópera en el Callao… “La Favorita”



Títulos aparte, si hay una ópera a la que considero mi favorita, aquella es “La Traviata” de Giuseppe Verdi, en especial aquella área conocida como “El Brindis” –con Violeta Valery y Alfred Germont, cantándole al placer de vivir la una y al deseo de poder amar el otro...- la fui a ver en el Teatro Segura en el 2001- … o también “Carmen” de Bizet, aquella historia que narra el cómo aquella mujer fatal, “La Habanera”, le hace perder los estribos a un pobre milite, quien termina por darle muerte… la obertura y la “Marcha del Toreador” son verdaderas piezas de antología…
Y “Aída”, espectacular en el 2002, con todo ese cortejo faraónico en la Huaca Pucllana de Miraflores… y claro, “La Figlia dil Regimento” en el Segura, con Juan Diego Flórez en el 2004, la primera vez que lo vi en vivo… o “Rigoletto”, también con Juan Diego, en el 2008, la del desolado Pagliacci que pierde a su hija por culpa del libertino Duque de Mantua… quien interpreta aquella área tan famosa: “La donna e mobile cual un mal vento…”).
Hace poco fui a ver "Norma" de Vincenzo Bellini en el Teatro Alejandro Granda del Callao, ahora toca ir a ver “La Favorita” de Gaetano Donizetti en el mismo escenario (la escenifican el viernes 30 de abril, y los días domingo 2 y martes 4 de mayo…) es la historia de un curita que se tiempla de la amante del rey (en aquellos tiempos se llamaba “Favorita” a la amante del monarca), en tiempo de la invasión árabe a la península española… una vez más los amores dispares e imposibles, ¿será por eso que me gusta tanto la ópera?… ¡Sacre!...
En fin… les recomiendo que vayan, la ópera es un espectáculo que embriaga todos los sentidos, no es como tan equívocamente dicen algunos, un espectáculo para la elite, es para todos los públicos… es como acceder a otra dimensión… estar en otro mundo (a mí siempre me hace volver a lugares y tiempos entrañables)… eso sí, siempre es más especial e inolvidable ir en grata compañía… un magnífico pretexto para vestir de traje… e invitar a cenar luego a la “grata com
pañía”… y luego pues… todo puede pasar… es la magia de la ópera…
Por cierto, hay buses que salen de Larcomar, te llevan hasta el llauca e igual te conducen de regreso al punto de partida en Miraflores, con la debida seguridad incluida.
Reitero, ¡vayan a la ópera!, sobre todo si quieren pasar una noche mofostra… terminarán por enamorarse de ella para siempre… la entrada cuesta un poco más (un tanto más, estaría mejor decir) que ir al cine… pero vale la pena darse el gusto.
Adjunto a este post las arias: “El Brindis de La Traviata”, “La donna e mobile de Rigoletto” y “La Favorita”, a ver si se animan…

domingo, 25 de abril de 2010

EL DÍA QUE "MATARON A LOS DIOSES"

Estoy seguro que más de uno de haber ido al cine a ver “Furia de Titanes” (¡Mostra!... ¿no?, aunque me quedo con la versión de los ochentas)… qué prácticos que eran en los viejos griegos y romanos, ellos no se hacían problemas con la moral, sus más sublimes pecados tenían un santo patrono (por así decirlo) en el Olimpo… así, tenían un dios para chupar (Dionisios-Baco), uno para hacer la guerra (Ares-Marte), otra para la venganza (Némesis) y otra hasta para “tirar” (la player de Venus-Afrodita). Bueno, sepan ustedes que en su época, así como se llegó a condenar a suplicio a los cristianos, también se hizo lo propio con los paganos que “tiraban en honor a Venus”…
(Magazine /Año 3 – Nº 10/Febrero de 2004)

El Martirio del Paganismo

Los altares católicos están poblados de una enorme masa de hombres y mujeres piadosos quienes conquistaron un lugar en el santoral debido a su abnegación en defensa de la fe. Entre aquellos destacan los que fueron sometidos a suplicio durante las persecuciones del Imperio Romano. Sin embargo, cuando el cristianismo se impuso como credo oficial, fueron otros los perseguidos y martirizados: aquellos que fieles también a sus convicciones siguieron guardando culto por las deidades de Olimpo… Júpiter, Marte o Venus: aquellos fueron los mártires paganos.

Una de las diversiones favoritas de los antiguos romanos era asistir al circo para ver cómo las fieras devoraban a indefensos hombres, mujeres y niños. Aquellos a quienes se condenaba a tal suplicio habían sido declarados “enemigos del Imperio”, pues su fe les impedía hacer sacrificios a los dioses, protectores de la nación; del mismo modo se negaban a pelear contra los bárbaros que amenazaban sus fronteras y es que uno de los principios fundamentales de aquellos sectarios era que “debían amar al prójimo como a sí mismos” y el crucificar o pasar por la espada al enemigo era algo que estaba en contra de sus convicciones.

In hoc signum vinces
Sin embargo, hacia el año 312, la situación apurada en la que se encontraba el emperador Constantino, poco antes de la batalla del “Puente Milvio”, lo movió a invocar en su ayuda al Dios de los cristianos, luego de tener una visión en los cielos: una cruz resplandeciente con las palabras: “In hoc signum vinces” (con este emblema vencerás, una patraña en realidad, urdida por el propio emperador para animar a la mayor parte de su ejército, que profesaba el cristianismo). Victorioso en el campo de batalla, Constantino promulgó el “Edicto de Milan”, que concedía a los cristianos el libre ejercicio de su culto, poniéndolos en igualdad de condiciones que los seguidores del antiguo culto romano.
Desde aquel momento, los viejos dioses del Panteón Olímpico comenzarían a pasar lentamente al olvido. Fue entonces que los antiguos perseguidos se tornaron en perseguidores y si los cristianos hubieron de llorar a sus mártires en otros tiempos, los seguidores del viejo culto no iban a sufrir menos en lo sucesivo.
Sabia como Atenea...
“Sabia como Pallas Atenea y bella como Afrodita”: Tal era el modo en que sus seguidores hablaban de la talentosa Hypatia en Alejandría; enseñaba filosofía platónica y era también una excelente matemática y astrónoma; junto con ella defendía con pasión la creencia en los dioses de Olimpo, cosa que se hacía intolerable para los fanáticos cristianos en aquella zona del antiguo Egipto, donde la inmoralidad manifestada en ciertos cultos, especialmente en el de Afrodita, iba a la par con el desbordamiento de los sentidos, la mutilación voluntaria y otras crueldades. De ese modo, durante uno de los tumultos que solían producirse a diario en Alejandría; Hypatia fue atacada por una turba de exaltados que la arrastraron a una iglesia y allí la asesinaron cruelmente.

Por aquel mismo tiempo un sacerdote de Júpiter en Corinto describía con crudeza como se comportaban los cristianos fanáticos, quienes asesinaban impunemente a sus compañeros de culto en sus propios templos. La cosa no iría sino empeorando conforme la doctrina cristiana ganaba adeptos. Hacía el año 392, el emperador Teodosio no toleraría más que una sola religión en el imperio: todos los templos paganos fueron cerrados por orden imperial, de suerte que los dioses tenían como única compañía a las lechuzas, según se lamentaba un viejo romano.

El final
Teodosio prohibió también sacrificar animales inocentes a los “ídolos sordos y mudos”, hacer libaciones y quemar incienso en homenaje a los penates y otros dioses tutelares. “Toda casa que no cumpla dichas disposiciones pertenecerá al estado”, rezaba un decreto. En el año 394, finalmente, fueron prohibidos los juegos olímpicos –celebrados para honrar a los dioses de Olimpo. De este modo, la fuente de la belleza antigua se secaba. Símbolo de esta época son las últimas frases pronunciadas por el oráculo profético de Apolo en la ciudad de Delfos. He aquí la respuesta que recibió el enviado del emperador Juliano, al consultar al oráculo:

“El célebre templo es un montón de ruinas,
Es todo lo que queda de la mansión de Apolo:
El laurel profético ha desaparecido,
La fuente de la profecía se calla
Desde que el agua rumorosa se ha agotado”.
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