lunes, 24 de octubre de 2011
Mañana es... ¡El Día de San Crispín!
miércoles, 5 de octubre de 2011
Luke Skiwalker y la cirugía de mano
Un accidente sufrido hace algunos años, pudo causar que perdiera una mano, sin embargo tuve la buena fortuna de ser intervenido por un gran profesional médico, quien me libró “literalmente” de quedar manco. Hoy, “Día de
Para el Dr. Julio César Echevarría Oré, prestigioso cirujano de mano del Hospital Edgardo Rebagliatti Martins, la escena cumbre de la trilogía de ficción “
"Creo que no estamos demasiado lejos de que tal ficción se vuelva realidad. Actualmente hay prótesis bioeléctricas provistos de motores y censores que permiten realizar movimientos rudimentarios, movimientos tan precisos como el que hace una pinza. Los motores son cada vez más pequeños y precisos, probablemente nuestra generación verá avances significativos en ese tipo de prótesis”, manifiesta el Dr. Echevarría.
“Relojería suiza”
Pero entre tanto ello suceda el cirujano de mano sigue obrando con la meticulosidad de un relojero suizo. Una cirugía de mano puede durar como mínimo 15 minutos o tranquilamente unas doce horas, lo cual nada tiene de extraño, ya que la microcirugía aplicada en la cirugía de mano precisa de un trabajo en el que la precisión y la exactitud juegan un rol preponderante, de hecho, bien podría compararse esta subespecialidad de la traumatología con la destreza de la que hacen uso los relojeros suizos.
Ocurre –precisa el Dr. Echevarría- que las estructuras de la mano son harto pequeñas, incluso en adultos (y más aún en niños pequeños), es así que para intervenir los nervios, brazos y tendones empleamos instrumental muy fino, diferente del que se usa en casos de traumatología, es material especialmente diseñado para ser usado en la cirugía de mano. Muchos de los cirujanos dedicados a esta especialidad, no ayudamos en nuestra tarea con magnificaciones o lupas y también microscopios especiales.
La reconstrucción de mano
Se trata de una subespecialidad que integra las habilidades y conocimientos de diferentes áreas aplicadas a una región específica: la reconstrucción de mano. Antes de la última gran conflagración mundial, cuando se originaban lesiones complejas graves en las extremidades superiores no había un tipo de especialistas que las manejara adecuadamente.
En aquellos días el traumatólogo se fijaba en que se consolidara bien el hueso, pero si había una lesión de tendón se llamaba al cirujano plástico para atender un vaso; de otro modo, si se trataba de un nervio periférico se acudía a un médico vascular; así, no había un manejo conjunto de un área (el de la mano) en el que las relaciones de estructura son muy estrechas.
-Pero si hemos de hablar de avances impresionantes –manifiesta el doctor Echeva
rría- podemos remontarnos a diez años atrás a la fecha. En ese lapso ha mejorado mucho la técnica de reconstrucción de huesos para fracturas y pérdidas óseas. Ha habido un avance tremendo en el sistema de dispositivos de fijación de implantes, pequeñas placas y tornillos. Actualmente se cuenta con implantes que aseguran una mayor estabilidad; como también en lo referido a nuevas técnicas de sutura para la reparación de tendones, lo que permite un movimiento casi inmediato.
“Regeneración de huesos”
Recientes investigaciones sobre materia molecular han permitido que se sepa cada vez más sobre los “factores de crecimiento”.
Se trata de moléculas proteicas que estimulan la regeneración y crecimiento de tejidos, sean tendones, hueso, e incluso fibra muscular. Se espera que en el corto plazo se puedan emplear algunos de estos “factores de crecimiento” a nivel estándar para mejorar el proceso de cicatrización de heridas y la recuperación de fracturas. En Estados Unidos ya se ha autorizado el uso de algunos de estos factores de crecimiento a fin de estimular la regeneración de los huesos que pudieran haberse perdido a consecuencia de la lesión sufrida.
“Sin embargo –acota Echevarría- es con las investigaciones acerca de las células madre (células que se toman del propio paciente) que se espera alcanzar mayores avances. Como es sabido, dichas células son cultivadas en el laboratorio a fin de cultivar tejidos nuevos; de ese modo se podrán cultivar segmentos de músculo o tend
ón para poder reemplazar el que se ha perdido, incluso de piensa ir más allá y tratar de reconstruir dedos y segmentos completos de un miembro.
Se ha llegado incluso a trasplantar la mano de alguien fallecido a un paciente vivo que lo requería. Sin embargo hemos visto que el miembro implantado logró tener alguna función con resultados que son aún controversiales.
jueves, 8 de septiembre de 2011
“September”, por Richard Strauss
Confieso que sentí una sensación que nunca antes había experimentado al escuchar una melodía... elevado a la cima de un edén pagano… me sentí tentado a creer incluso que el Valhalla existe y las valkirias a las que hacen mención las leyendas germanas también.
Cuando Richard Strauss compuso Las “Cuatro últimas canciones” era un anciano de 84 años, un hombre devastado por la tragedia que fue para él ver reducida a escombros su amada Alemania, luego de la II Guerra Mundial. Veía destruida una cultura –la suya- que consideraba inmortal, sin embargo basta solo escuchar “September” para sentirse lleno de su música vivificante, pese a que a los cuatro poemas en los que se inspiró versan sobre la muerte cercana (él moriría a los 85 años).
“Primavera”, Septiembre y “Al irme a dormir” son poemas de Herman Hesse y el cuarto pertenece a Joseph von Eichendorff (En el ocaso), que fue el primero al que Strauss puso música. Vaya forma gloriosa de partir, hasta parece un tributo a sus dioses germanos para congraciarse con ellos y ser bien recibido en el Valhalla. Hermosa melodía y hermoso el poema del autor del “El lobo estepario”:
Setiembre
El jardín está triste,
la fría lluvia pesa sobre las flores.
El verano tiembla
dulcemente hacia su fin.
Doradas, gota a gota, caen las hojas
de lo alto de la acacia.
El verano sonríe, sorprendido y cansado,
entre el sueño de los jardines que se mueren.
Largamente, entre las rosas
se detiene todavía, desea el reposo.
Lentamente cierra
sus ya cansados ojos.
miércoles, 31 de agosto de 2011
We'll Meet Again
Hasta hace algún tiempo y durante casi dos meses anduve sumergido en aquella ¡Maldita Guerra! como solían llamarla (yo mismo la maldije de tanto andar amaneciéndome), tremenda chamba francamente, debía elaborar nada menos que 1600 preguntas sobre tan terrible acontecimiento, todo a cambio de una paga infame (últimamente casi todas lo son).
Pero en fin, bien o mal retribuido, todo trabajo esforzadamente realizado tiene de algún modo su recompensa, el mío fue el dar con Vera Lynn, “la novia de los tommys británicos” (hoy una viejecita de 94 años), cuya ingrata tarea era despedir a quienes partían hacia el frente, sin saber si algún día volverían, cantando aquella nostálgica canción que hablaba del reencuentro, alguna vez, un día soleado, bajo un cielo azul...
Confieso que –vaya falta de sentido común- hasta ahora había pensado que “Lily Marlene” era la canción de todas las tropas beligerantes durante la II Guerra Mundial, indistintamente de que fuera alemana, y es que después de todo, Lily Marlene era "la canción" de la guerra -de aquella guerra- por excelencia, empero resulta que los rusos, como también los alemanes, y los americanos tenían la suya, a cual más sentimentales, pero junto con “Lily Marlene” (con sus efluvios cuarteleros) encuentro más méritos a la melodía y también a la letra de aquella tonada, tantas veces cantada por Vera Lynn a aquellos Tommys, muchos de quienes nunca volvieron a casa: “We'll Meet Again” (“Nos volveremos a encontrar”).
Desde setiembre de 1939 hasta diciembre de 1941 (los americanos recién intervinieron luego del bombardeo a Pearl Harbour) los ingleses y sus aliados de la Commonwealth hubieran de vérselas solos contra la formidable maquinaria de guerra desplegada por el Eje (Berlin-Tokio-Roma), no sólo en Europa, sino en África y Asia… en un abrir y cerrar los ojos, el decimonónico y glorioso Imperio Británico se vino abajo.
En fin… si algo hay que reconocerle a los hijos de Albión es que superados y todo, nunca perdieron la moral, pese a que todo su imperio en Asia había caído en manos de los japoneses y que en África apenas le iba mejor, debido en realidad a la incompetencia del Regio Esercito Italiano (cuando llegó Rommel y el Afrikakorps sería otra cosa), y si al menos pudieron mantener el honor fue gracias a que tenían a un estadista como Winston Churchill (“el último británico”, tal cual fue Aecio, el vencedor de Atila, “el último de los romanos”), quien se alzaría tiempo después (en 1953) con el premio Nobel de literatura... (aaaaah...!).
Así, en medio del fragor del combate en El Alamein, en Batan, en Normandía o en plena Batalla de Inglaterra, con buena parte de las ciudades inglesas ardiendo en llamas luego de ser bombardeadas por la Luftwaffe… se escuchaba la voz de Vera Lynn cantando una y otra vez la canción de "Tommy Atkins" Durante la II Guerra Mundial: “We'll Meet Again”.
WE'LL MEET AGAIN (inglés)
We'll meet again, don't know where, don't know when,
Bit I know we'll meet again some sunny day.
Keep smiling through just like you always do,
Till the blue skies drive the dark clouds far away.
So will you please say hello to the folks that I know, tell them I won't be long.
They'll be happy to know that as you saw me go, I was singing this song.
We'll meet again, don't know where, don't know when,
But I know we'll meet again some sunny day.
(Español)
Nos volveremos a encontrar, no sé dónde, no sé cuándo,
Sé que nos encontraremos de nuevo algún día soleado.
Hasta entonces seguiremos sonriendo y mantendremos la sonrisa en los labios.
Y entonces el cielo volverá a estar azul, sin nubes oscuras.
Mientras tanto, hágame el favor de saludar a la gente que conozco, dígales que no pasará mucho tiempo hasta que nos volvamos a ver.
Ellos estarán felices de saber que aún estando lejos, yo estaba cantando esta canción.
Nos volveremos a encontrar, no sé dónde, no sé cuándo,
Pero sé que nos volveremos a ver algún día soleado.
Esuchar la canción:
http://www.youtube.com/watch?v=cHcunREYzNY
jueves, 11 de agosto de 2011
¡Rubios como Hitler…!
¿Han leído el “Mein Kampf” por ejemplo?, ¿Saben en que se basaba la supuesta superioridad de la raza aria? ¿Saben lo que estipulaban las “Leyes de Nuremberg” sobre su supuesta pureza?... estos pobres ni siquiera llegarían a la condición de "Michling" (una especie de arios mestizos, según la tipificación hecha por ellos mismos), dudo mucho que el furher se dignaría a concederles el certificado correspondiente que pudiera liberarlos de ser considerados “subhumanos” y aspirar siquiera a limpiar las letrinas de las siniestras Waffen SS o acaso desempeñar la labor de Sonderkommandos en un campo de concentración…
Esto me trae a colación cierto chiste que circulaba en la propia Alemania durante el apogeo del nazismo, a propósito de estos “arios andinos”… ahí se referían festivamente a muchos de los seguidores de la ideología nazi: “Rubios como Hitler… altos como Gobbels y esbeltos como Goering”, como ustedes saben el furher no era ni medianamente castaño (bien conchudo el tío si lo vemos bien), Gobbels era lo que podríamos llamar un renacuajo (hasta nuestro “Periquito Chiroque lo hubiera separado en altura) y para colmo rengo, Goering era tremendamente obeso… es decir, todos eran una flor de conchudos... y estos “arios criollos”... pues los non plus ultra de la conchudez...
Muchachos, lo menos que van a pensar de ustedes es que son unos hueveras, pero el rechazo (parcialmente sincero en algunos caso eso sí…) que han causado con su “huachafería” y poniéndome en un plan comprensivo les pregunto, no sólo a ustedes sino a toda la comunidad neonazi y embozadamente nazi de nuestro multipictórico Perú, porque me atrevo a pensar que el extraviado comportamiento de estos pobres muchachos no creo que se haya forjado leyendo “Mein Kampf”… esto viene de su casa… de su entorno, pero bueno, vamos a la pregunta:
¿Por qué no se van a Alemania (cuna de la ideología nazi) donde todos son altos, rubios y ojiazules como ustedes? Y donde sin duda serán muy bien recibidos (siiii… claaaaaro)… ¡Vayan muchachos! Y dejen de andar haciendo el ridículo por aquí, cómo se han de estar matando de risa nuestros tan buenos amigos al otro lado de la frontera, ya leí un comentario que han hecho al respecto: “Estos cholos jajajaja… por eso les ganamos la guerra”… ¡Ya ve lo que hacen!... tan bacán que la estamos haciendo…
¡Heill… Hueveras!
Ah… por cierto… hace algún tiempo un opúsculo trataba de desmitificar el triunfo peruano sobre la selección austriaca en la competencia futbolística de los Juegos Olímpicos de Berlin en 1936, lo firmaba por cierto un señor de apellido germano (Hummm…), en él se decía que se había anulado el partido porque unos hinchas peruanos habían invadido la cancha… tsssss…
Oigan… ¿Ustedes creen que
donde juega el delantero grone Jefferson Farfán (lo que son las cosas)- en una época en la que la judería alemana comenzaba a ser perseguida y martirizada? ¿Van a creer tal patraña?
¡Pues yo no Carajo!... ¡Vivan los goles de Manguera, Campolo y Lolo (no importa que haya sido de
viernes, 15 de julio de 2011
Ensayo sobre la belleza (Cabronada Banal)
A la Venus de Chaclacayo...
Belleza y pecado
Afrodita, siendo toda una diosa olvidó su condición de tal y se enamoró perdidamente de un mortal: el sumamente apuesto Adonis… ni hablar de Zeus que cada vez que podía escapaba (convertido en toro o lluvia dorada) del argos de la histérica de Juno a fin de darse ciertos placeres ultraterrenales con las más hermosas y legendarias mujeres de la Magna Grecia… el muy zascandil.
Pero no siempre ser amada por los dioses hizo felices a las bellas… por culpa de Poseidón, quien le hizo el amor en el templo de Atenea, la hermosa Medusa quedó convertida en una horrorosa visión. La vana Casiopea, reina de Etiopía ve castigada su blasfemia de pretender ser más hermosa que las Nereidas siendo obligada a entregar a su hija al Kraken. ¿Pero qué hacía -y aún hace pecar- por igual y con tanto ahínco a dioses y mortales?... ¿de no haber sido ellas tan bellas, hubieran ellos procedido igual?
¿Se hubiera perdido el paraíso por una Eva –a despecho de haber podido ser ella la única que estaba disponible en el edén?- ¿se hubiera perdido Troya por culpa de Elena? o ¿hubiera podido el piadoso rey David ser capaz de un acto tan despreciable como apoderarse del amor de de la bella Betsabé, mandando a asesinar a su marido?
Pero a fin de no caer en anacronismos rayanos en el machismo, habría que hacer extensivo el tan manido concepto de igualdad a ellas y más en estos tiempos en los que las damas han ganado tanto terreno, para bien y para mal, de tal modo que más que un oprobio, decir que ambos estamos cortados por la misma tijera o que “cojeamos del mismo pie” es una reivindicación de género… ellas también miran, ellas también codician... de frente o de soslayo, lo mismo que nosotros, al exquisito objeto de su adoración, sobre todo cuando hay mucho que mirar.
Por todos estos motivos la belleza, según como se vea… puede ser un don, un patrimonio, una aspiración, un privilegio y hasta una condición prodigada no siempre por la naturaleza, pero siempre sensible a los sentidos.
El David y La Gioconda
Pero la belleza (“la…” por algo tiene nombre femenino) es a cual más veleidosa… lo prueba el hecho que no siempre hemos visto a la belleza con los mismos ojos. A título personal debo confesar por ejemplo -ahora me atrevo- que “La Gioconda” nunca me pareció nada bonita (peor ahora que se ha sugerido que es en realidad el autorretrato de Leonardo), más allá de que pareciera hacerse la interesante, con esa cara de traerse algo entre manos. Desde ese punto de vista, la versión de “La Gioconda de Fernando Botero me parece mucho más “nice” –como se estila decir ahora…
Creo que con la Venus de Milo, y en realidad con todo el legado escultórico grecorromano ocurre algo distinto… aunque sin brazos -discapacitada en buena cuenta-… ella es sobria y solemnemente hermosa, tal y como sale en las enciclopedias… como lo es El Partenón, o “El David” del Renacimiento, a quienes no pocos le han desmerecido méritos debido a que no muestra mayores atributos de belleza donde precisamente debía mostrarlos… olvidando que en Grecia se solía considerar más hermosos a los “hombres menos protuberantes” por decirlo de algún modo, obsérvese sino las esculturas de Hércules y la del propio Zeus olímpico (léase “estilo colibrí).
El peso de la belleza
Pero si miramos un poco más hacia atrás, en plena prehistoria, nos daremos con que los hombres de la edad de piedra se sentían más atraídos por aquellas mujeres que los excedían en volumen, ¿acaso por razones prácticas como evitar los rigores del frío o cualquier otro motivo vinculado a la supervivencia?
Vamos… no hay que ser tan mezquinos con nuestros antepasados, a ellos les gustaban gorditas por otros motivos, ahí está la Venus de Willendorf, con sus sobredimensionados atributos físicos, testimonio de aprecio que da cuenta que había mucho más que “amor por los chicharrones”.
Ahora bien, ¿pensaban los hombres del siglo XVII igual que los de la Edad de Piedra?, ¿retrocedieron tanto en sus gustos que volvieron a los usos de la prehistoria? Pues nos parece que no, sencillamente las damas voluminosas se pusieron de moda o acaso tenían más que mostrar para los artistas de la época, como lo atestigua en su obra Pedro Pablo Rubens (algunas de cuyas obras eran adquiridas según se ha llegado a decir para satisfacer los placeres onanistas (“El rapto de las hijas de Leucipo”).
Obviamente, ninguna de esas bellezas flamencas, acaso no tan desmesuradamente entradas en carnes como las de la Edad de Piedra, no podrían desfilar por las pasarelas ostentando los diseños exclusivos de Armani o Carolina Herrera. Pero por entonces no cabe duda de los súbitos accesos de lujuria que despertarían las rollizas y sobrealimentadas ninfas de aquellas obras de arte.
Todo ello serían razones suficientes y de peso para que los padres de la iglesia comenzaran a contemplar que el pecado de la gula y sus consecuencias -expresado en la abundancia de carnes de aquellas féminas- era un acto venial digno de los peores castigos del infierno… que, como sabemos –lo mismo que el cielo y el purgatorio- está en la tierra y así el castigo venía por partida doble para aquella que era condenada… primero, en lo sucesivo no podía seguir refocilándose con los placeres de una buena mesa y segundo, debía renunciar a verse bella y servir de modelo a Rubens... acaso una tercera razón… tal vez la más importante… el que una vez perdida su belleza ya no se vería honrada ni mucho menos amada; un modo harto distinto de pensar al de hoy en que tanto hombres como mujeres hacen prodigios para cuidar la línea… y “les llega” pecar de gula o… lujuria…
De cualquier modo, la belleza como la poesía, la música o cualquier aspecto de la vida sensible a los sentidos es algo sumamente subjetivo y bien vale concluir aquí con aquel añejo y no menos sabio aforismo… “de gustos y colores no han escrito los autores” y además, por último como dice el Principito… “Lo esencial es invisible a los ojos”, es decir... ¡Total!
sábado, 14 de mayo de 2011
Juan Diego Flórez (Interview)
Magazine, año 3 N. 11, Abril de 2004
Entrevista a Juan Diego Flórez
A poco de haber regresado para ofrecer su primera función de ópera en Lima, haciendo el papel de Tonio en “La fille du Régiment” de Gaetano Donizetti, el reconocido tenor peruano Juan Diego Flórez accedió a abandonar por unos momentos sus ensayos diarios en el teatro Segura. Entre otras cosas Juan Diego, a quienes muchos consideran el “cuarto tenor” junto a Plácido Domingo, José Carreras y Luciano Pavarotti, afirma sentirse halagado cuando éste último habla de él como su sucesor, añadiendo sin embargo que ambos tienen estilos muy distintos.
Juan Diego “el palomilla”
Si había algo que a Juan Diego le gustaba hacer durante sus años maravillosos barranquitos eso era jugar al fútbol, correr olas en La Herradura y Redondo, y gastarles bromas a todo el mundo (incluso a su mamá y a la abuelita Ena), pero sobre todo salir de campamento donde llegada la noche –al calor de una fogata- dejaba embobadas a las chicas y un poquito picones a sus patas cuando rasgaba la guitarra y cantaba “satisfaction”, “Girl from the north country” de The Rolling Stones, “Gira Gira” y “Cuando los Ángeles viajan” de Leon Gieco.
Algo parecido ocurría en las reuniones familiares, cuando ya desde siete años y a pedido de alguna tía entonaba “La Flor de la Canela” o “Puente de los Suspiros” de Chabuca Granda; el sobrino no se hacía de rogar y hasta lanzaba algún ingenioso requiebro que todos aplaudían encantados. Todos en casa lo recuerdan tal cual sigue siendo ahora en el fondo: “un muchachón palomillay encantador”. Difícil se les hacía pensar entonces a propios extraños que algún día este alocado jovenzuelo los asombraría a todos pasando de cantar temas de Mick Jaggery Chabuca Granda a interpretar área del repertorio lírico mundial.
No, en absoluto, nadie hizo canto antes canto lírico en la familia, aunque sí, un poco, mi papá, Ruben Flórez, quien de paso ha sido siempre un gran cultor de la música criolla.
¿Cuándo es que se da cuenta de sus aptitudes para el canto lírico?
En un principio de pequeño solía entonar música criolla, cosa que aún sigo haciendo, luego fui creciendo y casi de casualidad descubrí la música culta, cuando inicié mis estudios en el Conservatorio Nacional de Música, donde fui perfeccionando mis conocimientos musicales, fue ahí entonces donde se dio un mayor acercamiento con ese género musical.
¿Dónde estudió y formó como cantante?, ¿quién fue su primer maestro y quién el último?
El primero fue Genaro Chumpitaz, luego, en el Conservatorio Nacional, tuve a Andrés Santa María como maestro. Posteriormente en el Curtis Institute Music de Nueva York tuve algunos maestros como Malena Malas, pero fue con Ernesto Palacio con quien comencé a conocerme a mí mismo vocalmente y a conseguir mis primeros logros.
El maestro, el mentor…
¿Y a quién considera su mentor?, ¿Aquel que le enseñó el curso a seguir a lo largo de su carrera?
Sin lugar a dudas esta persona es Ernesto Palacio, él ha sido y es la persona que más ha hecho por mí. Lo conocí en 1994, en Lima, mientras yo estaba de vacaciones en Lima y él vino a cantar. Desde ese entonces Ernesto se ha ocupado de toda lo relacionado con mis estudios y carrera. Él es hoy mi General Manager.
A inicios de los años 70, un joven cantante comenzaba a brillar con luz propia en el firmamento lírico mundial, Los cables de Europa consignaban el éxito de un talentoso tenor peruano, después de Alejandro Granda y Luis Alva en cantar en el célebre templo de la lírica mundial (años después Juan Diego Flórez sería el cuarto y más joven en presentarse en dicho escenario).
Tal sería el personaje que ayudaría al joven artista a abrirse paso en los escenarios mundiales, cuando a mediados de los años noventa lo invitó a cantar con él en escenarios italianos la ópera de Martin y sole: “Il TutoreBurlato” y luego el oratorio de Zingarelli: “Las tres horas de agonía de Cristo”. Palacio, como bien diría Juan Diego Representa para él una importantísima influencia en su carrera gracias a su constante apoyo.
La primera vez…
Pero su verdadero despegue se daría un día del año 96, de manera muy fortuita, algo que recuerda muy gratamente. Ocurrió en el Festival Rossini de Pesaro, a donde había sido convocado para hacer un papel muy pequeño en la ópera “Ricciardo e Zoraide”, que el tenor Br uce Ford, quien hacía el difícil y protagónico papel de Corradino sufrió una grave indisposición. El reggista o director de escena se vio en apuros y como buen italiano se encomendó a La Madona, poniendo los ojos en el cielo y entonces fue que reparo en el joven sudamericano que según le habían comentado se sabía al dedillo la obra. Juan Diego no necesitó repasar gran cosa y saltó al escenario. Aquella sería la primera vez que el público más operístico por excelencia, se rendiría entusiasmado ante la pirotecnia y plasticidad de su voz para interpretar papeles rossinianos… sólo tenía 23 años.
Pero retrocedamos un poco más en el tiempo antes antes de ese gran despegue, ya que Juan Diego aún tiene más que decirnos sobre sus inicios.
¿En qué escenarios limeños hizo sus primeros papeles?
En realidad, papeles de ópera no hice nunca en Lima, si se exceptúa un corto papel en la zarzuela Luisa Fernanda que canté mientras formaba parte del coro nacional.
Al margen de haber hecho ya una carrera profesional en la lírica, ¿alguna vez pensó en ejercer otra carrera?
Siempre un joven pasa revista a toda suerte de posibilidades profesionales, pero yo sólo veía música en mi camino. Hoy también pienso únicamente en ello, después de todo sólo tengo ocho años como profesional. Pero me interesan varios aspectos relacionados con la música y el canto. Tal vez en el futuro podría ser maestro de canto o arreglista. Mi sueño en todo caso es llegar a ser director de orquesta.
¿Cuáles considera sus pasatiempos favoritos?
Me gusta mucho el fútbol, verlo y jugarlo. Desgraciadamente no puedo hacerlo cuanto quisiera. Me gusta mucho ir por restaurantes de buena cocina a saborear platos que me sean nuevos, acompañados de buen vino. Últimamente me divierte mucho hacer arreglos para orquesta a algunas piezas de música peruana que canto en mis conciertos.
Pavarotti y Juan Diego
Desde aquel magnífico debut en Pessaro. Juan Diego sería aplaudido en los más selectos escenarios de la lírica mundial: la Scala de Milán, la Ópera de París, el Musikverien de Viena, el Covent Garden de Londres, el Liceo de Barcelona, la ópera de Munich, de Sao Paulo y de Tokio, entre otros. Como es sabido, además de ser un interprete rossiniano por excelencia, interpreta a placer, composiciones de Donizetti y Bellini. Incluso ha sido comparado con Luciano Pavarotti, quien en alguna ocasión ha llegado a considerarlo su sucesor, algo que el propio Juan Diego, muy ecuánime, ha tomado con mucha reserva.
sábado, 7 de mayo de 2011
¡Respeten a mi madre!
Y es que el especial caso de los réferis suele cumplirse de modo inverso aquel viejo adagio: “los hijos pagan los errores de sus padres”. En este caso son las medres quienes suelen pagar los “yerros” de los hijos –según el cristal con que se miren. Así pues, en este tan significativo día, queremos rendir un más que cumplido homenaje a esa suerte de “heroínas anónimas” que son las madres de nuestros árbitros.
La señora Margarita Monttedoro Rodríguez, Vda. De Vega nos hace los honores de la casa. Ni bien le pedimos que nos cuente que significa para ella el que su hijo Miguel (a quien llaman también “Guajaja” en casa) sea réferi, su rostro cobra una expresión de angustia y nos responde:
“Yo señor no veo el partido, prefiero rezar, encomendar a mi hijo a la virgen y luego salir a caminar para no ser testigo de las angustias a que se ve sujeto; ya que todo el tiempo me la paso temiendo de que algo le pueda suceder. Y la cosa se Agrava en mi caso porque soy diabética e hipertensa”.
Y mientras acaricia a su hijo, quien la toma de las manos, con la ternura de la que sólo es capaz un hijo, le preguntamos si es que alguna vez le pidió a Miguel que a abandone al arbitraje.
“Jamás –responde con firmeza-, incluso cuando hace algún tiempo tuvo un problema durante un clásico en el que admitió haberse equivocado al cobrar un penal, llegó a la casa y me dijo que iba a mandar todo al diablo y se iba a retirar. Entonces yo lo confronté y le pedí que no hiciera tal cosa y que lo respaldaba… pese a todas las mentadas”.
Quisimos entrevistar también a la señora Dora Villamonte, madre del árbitro “Tarjetita” Arana, pero su residencia está un tanto distante de la tierra… allá en el cielo…
“No está físicamente conmigo –nos dice el popular “Tarjetita”- sin embargo no hay día en que no piense en ella, cuyo santo amor siempre me acompaña más allá del tiempo. No, en absoluto tomo en cuenta a esa gente ignorante que me la menta en los estadios, siempre supe que se trata de personas que acuden a los escenarios deportivos a descargar sus frustraciones, ella siempre supo estas cosas y me supo brindar su comprensión. Siempre que dirigí un partido el Día de la Madre, pedí a los capitanes que juntos nos unamos en una oración y le rindamos un homenaje a aquellas que nos dieron el ser, en especial a las que no están más con nosotros.
A dicho homenaje nos aunamos nosotros, los periodistas de Líbero, rindiendo nuestro reconocimiento a aquel ser que por lo sublime de sus sentimientos, no hace sino confirmar el origen divino del género humano.
sábado, 30 de abril de 2011
¡Hasta la vista...!
Definitivamente no soy socialista, creo tener conciencia social, pero no siento tener inclinaciones políticas, afines a las corrientes de izquierda. Como comunicador social busqué figurar en los medios de expresión, escritos sobre todo. Sin embargo, quiso la fortuna que llegara a ocupar el puesto de asesor de prensa del gremio médico y como tal me desempeñé en los últimos años.
¡Orgullo!
No sé si lo hice bien o mal finalmente, en todo caso, sí me siento orgulloso de haber hecho lo mejor que pude cuando me avoque a dar a conocer las condiciones en que trabajan la gran mayoría de ellos, especialmente los que laboran para el Ministerio de Salud, y más todavía, tratándose de quienes ejercen esta profesión en provincias.
Repito, no soy de izquierda, y para nada me aprovecharía lisonjear o pasarles la mano a quienes hasta no hace mucho eran mis empleadores –es más, llegado un momento consideré que mi ciclo se había cumplido y que debía dar paso a otro profesional y así me fuí, luego de dar las gracias.
Sin embargo, de todo corazón espero que sus condiciones laborales mejoren al cien por ciento. Creo que en general, los profesionales médicos son estupendas personas y no como algunos de mis colegas los muestra o pretende hacer de ver… yo sé bien en todo caso a donde apuntan todos ellos… yo mismo he caído en eso, sí, lo confieso… a veces nos dejamos llevar por la tentación de un titular rimbombante en primera plana… ¡es la gloria!...
¡Negligencia Médica!
¡Sorprenden a médicos durmiendo!
Aún recuerdo, así como la mayor parte de mis compatriotas, a aquel estrambótico personaje, economista, cuenta cuentos e inventor de no sé qué dizque, a quien –no sé como diablos- nombraron ministro de salud, valiente cabrón en realidad… y muchos de mis colegas iban felices a tomarl fotos a los médicos mientras descansaban. Pero bueno, ¿quiénes eran ellos para estar versados en la bendita “Ley del Trabajo Médico”?, una de cuyas disposiciones regla el que los médicos pueden descansar, sobre todo cuando han tenido harta chamba… pucha… ¿acaso creen que después de aquello de estar limpiando sangre, suturar heridas, atender partos y cesáreas la gente queda fresca como una lechuga?
Apuros y apremios
En fin, yo sé, a veces nos apremian en la redacción con aquello del cierre de edición, yo en lo personal he vivido como editor la angustia de no contar con un buen titular, pero por Dios queridos amigos… de ahí a andar manoseando el prestigio profesional de otra gente así como así…
Pobres tipos, por ejemplo, aquellos a los que crucificaron por lo de la amputación de la pierna equivocada a aquel anciano en el Hospital Sabogal del Callao… algunos de mis colegas hicieron una fiesta con esa historia en las primeras planas de sus medios… por Dios… por qué no se informaron mejor, se hubieran dado cuenta que era cuestión de tiempo, muy poco tiempo en realidad, para que se le amputen ambas piernas, así de mal estaba el pobre viejito… pero no… se terminó por destruir la carrera de ambos médicos y para peor, como siempre suele ocurrir cuando uno de ellos yerra (porque errar es humano, sino pregúntenle a Adán y Eva), todos los médicos terminan por ser señalados…
¡60 lucas de sueldo!
Luego están aquellos médicos a quienes les pagan hasta 60 soles mensuales, ¿puede creerse?... gente que luego de estudiar nueve años, a veces no tienen ni siquiera guantes quirúrgicos para atender a sus pacientes. No hace mucho, por falta de elementos de bioseguridad un joven médico falleció como resultado de haberse contagiado de peste bubónica.
Repito, no soy de izquierda, no soy rojo ni anaranjado, y no creo en las promesas del comandante, ¡en ninguna!... ojalá que la china sea presidente, la considero más auténtica y en modo alguno siniestra como su papi… pero eso sí, espero que todos los médicos –independientes de su ideología o de aquello en lo que creen- con quienes compartí trinchera, logren obtener el trato que con justicia merecen, son las mejores personas del mundo... , en especial una, a quien simplemente llamaré la Emperatriz de Bizancio, no obstante sus ideas socialistas, asaz contrarias a ningún tipo de monarquía (imagínense llamar “Sardanápalo” a Napoleón)… es una magnífica persona, hermosa y talentosa (con sus bemoles) ojalá le vaya muy bien y que Dios la bendiga… ¡Viva el Gremio Médico!
http://www.youtube.com/watch?v=4KRWo2F1lpw&feature=related
jueves, 21 de abril de 2011
En verdad, ¿eres tú el “Cristo Cholo”?
Pero aquello habrá aún de esperar, Jesús se mira al espejo, y luego de alisar sus crenchas nazarenas, y acicalar sus barbas, concluye que es el mismísimo hijo del hombre, tal y cual y de punta en blanco, listo para ser aclamado por la muchedumbre a su paso por las calles de Jerusalén, caballero en un jumento… o al menos esa sería la idea a fin de seguir a pie juntillas el guión original o lo que hace constar el evangelio según San Marcos, que para el caso es lo mismo. Sin embargo a poco habríamos de constatar que en ocasiones “Es Dios quien propone y el hombre quien dispone”.
-Imagínate hermano, uno escenifica la pasión de Cristo sin fin de lucro alguno, para que la gente mantenga viva la fe en el redentor de la humanidad y me quieren cobrar una luca por el alquiler…
-Tranquilo Jesús, Dios proveera… ¿no dicen? –y entonces Jesús me mira con cierto descreimiento…
-Ojalá y así sea hermano, no es lo mismo que Jesús entre a Jerusalén en pleno domingo de ramos a pie…
Pero la cosa no pierde nunca su encanto, sobre un pollino o a pie Jesús es Jesús y la gente lo aclama agitando las palmas de olivo, además están junto con él, Simón Pedro, Juan “el discípulo amado” y hasta Judas Iscariote, quien no obstante su ingrato papel resulta ser un sujeto de lo más carismático, no obstante algo me hace dudar de su invariable sonrisa, el pata como que parece estar medio “stone”… bueno, y ¿quién podría mantener la serenidad en situación tal sin un poco de ayuda extra…?, en breve, habrá de entregar a su maestro a los fariseos y doctores de la ley del sanedrín, a cambio de 30 lucas. Así, el Cristo continúa impertérrito su paso rumbo a su destino, mientras una viejecita, con el rosario en la mano, aparentemente incapaz de respirar siquiera, vocifera a voz en cuello: ¡Hosanna en las alturas, bendito el que viene en nombre del señor!
Sin embargo, pese al tremendo vocinglereo, nos damos con que no todo es júbilo entre quienes aclaman a su paso al hijo del hombre.
-Ay joven… ya no es lo mismo, antes venía más gente –refiere una dama de piel cetrina quien se recursea por estas fechas vendiendo palmas de olivo.
-¿Y por qué cree usted que ya no viene mucho la gente? –la inquirimos.
-Debe ser la falta de fé, la gente ahora viene de pura novelera, antes incluso se veía llorar a la gente cuando aparecía Jesús, ahora hasta se burlan, ya ni los jóvenes respetan…
En efecto, a la puerta de una casa observamos a un grupo de muchachos del barrio “bebiendo la sangre de Cristo”, mientras escuchan a volumen alto un pegajoso tema de moda a ritmo de reggaeton, al ver pasar al hijo del hombre, uno de ellos levanta su copa en alto espetándole: ¡Salú Jesús!
Jesús no dirá esta boca es mía en todo lo que resta del trayecto, después de todo, ¿para qué arrojar perlas a los cerdos?
lunes, 18 de abril de 2011
Un clásico mañanero en el Callao
lunes, 4 de abril de 2011
GARRY OWEN
miércoles, 23 de marzo de 2011
Terra Nostra
Diario La República
Hacia mediados del siglo XIX el Perú, en formación aún como república desde la época de la conquista, seguía recibiendo aportes los aportes culturales más diversos. A los antiguos peruanos, a los españoles y africanos que llegaron tras la conquista, se habían ido sumando otros inmigrantes llegados en busca de la fortuna que en sus tierras les había sido esquiva.
Llegaron por ejemplo los ingleses y su inveterado gusto por el té y la puntualidad (cosa que evidentemente nunca pegó); los chinos, con su exótica sazón y contagiosa afición por el opio, y, naturalmente, los italianos, quienes entre otra cosa nos trajeron el bel canto, los tallarines y los panteones. No obstante, sería mezquino atribuir tan poco a los inmigrantes de la península de la bota y sus descendientes, muchos de quienes han sabido ganarse un sitial en nuestra historia.
“El caso de los italianos destaca nítidamente –afirma Pompilio Inglesi, quien es además presidente de la Associazione Italo Peruana- obsérvese tan sólo en quien es uno de los héroes máximos del Perú: Francisco Bolognesi, que no fue de ascendencia inglesa, alemana, sino itálica. Ahora, como él, pueden encontrarse otros muchos casos; lo que pasa es que aquí estamos acostumbrados a hablar de Raimondi o Donofrio, ignorando a quienes incluso se contaron entre los primeros vecinos de Lima”.
El morro solar y los héroes
Entre los conquistadores que se avecindaron en Lima estuvo el soldado de origen genovés Antonio Solaro O Solari, a quien sus compañero llamaban “Solar” y que en mérito sus servicios prestados le sería adjudicada la villa de Surco. Al tomar posesión del lugar, dio su nombre a un promontorio que solía usarse como mirador para avistar a las naves que llegaban desde Europa: El “Morro Solar”.
Algunas de esas naves llegarían desde Génova, en la región de la Liguria, y traerían consigo a diestros navegantes, entre los que se distinguió Andrés Barbaza; quien residió en Lima desde 1543 y era contramaestre de un galeón llamado “El San Juan”; se trata del primero de muchos italianos que ejercerían ese oficio en el puerto del Callao.
“Ahora, dice Inglesi, la comunidad italiana supo retribuir a la tierra que tan generosamente los acogió. En abril de 1866, por ejemplo, cuando la Armada Española se aprestaba a atacar el Callao, y previéndose los incendios causados por efectos de un posible bombardeo, el súbdito italiano Emilio Longhi convocó a 300 de sus compatriotas, quienes gustosos aceptaron vestir la casaca roja de la primera compañía de bomberos “La Roma”. Así, cabe destacar que durante el “Combate del 2 de Mayo” los miembros de la Roma se comportaron a gran altura, contándose más de una baja entre sus miembros.
Otro tanto ocurría a principios de 1881, cuando consumado el sacrificio de Bolognesi en Arica el ejército chileno se encaminó hacia Lima desde el sur. Vencedores como es sabido en la batalla de San Juan, la victoria volvió a ser suya en Chorrillos frente al improvisado ejército de emergencia. Las tropas del ejército vencedor se entregaron entonces a los más terribles actos de barbarie en contra de la población civil; entre otras cosas, luego de saquear las viviendas, procedían a incendiarlas. Los jefes del ejército invasor habían conminado a los miembros de las distintas compañías de bomberos a no apagar los siniestros, en caso contrario sufrirían las consecuencias.
Sin embargo, era tal el sufrimiento de quienes veían destruidas sus moradas, que el comandante de la compañía Garibaldi y sus compañeros dejaron de lado el temor que les inspiraba la soldadesca chilena y procedieron a combatir el fuego. Los chilenos los arrestaron casi en el acto y los colocaron frente a un pelotón de fusilamiento. Así, los bomberos italianos Felipe Bargna, Lucas Chiappe, Ángel Cipillini, Ángel Descalzi, Juan Bautizta Leonardi, Pablo Marzano, Enrique Nerini, Juan Ognio, José Orengo, Juan Pauli, Pablo Risso. Lorenzo Strana, Valentín Egidio y el peruano Domingo Ayarza corrieron la misma suerte de muchos otros, ejecutados por los invasores.
Con una mano adelante…
Solía ocurrir, según afirma Inglesi, que los inmigrantes que zarpaban desde la península como campesinos desembarcaban en el Callao u otras cosas más, ansiosos de “hacer la América”. No obstante, hubo quienes, sacrificando su cómodo estatus social y económico, lo dejaron todo para venir a trabajar al Perú; tal el caso del conde Carlos Radicati di primeglio. Radicati, nacido en Turín en 1914 y muerto en Lima en 1990, quien fue uno de los primeros historiadores que se ocupó de estudiar el sistema contable de los Incas. No son pocos los textos que publicó sobre los quipus y su interpretación.
Otro caso relevante es el de Duccio Bonavia, quien habiendo nacido en Spalaton(Dalmacia), optó por la nacionalidad peruana luego de llegar muy joven a nuestro país. Abocado por completo al ejercicio de la etnología y arqueología en el Perú, emprendió una serie de investigaciones, entre las que destacan estudios diversos sobre pinturas murales prehispánicas; domesticación del maíz en los Andes Centrales, una demostración científica de que los camélidos no son animales especializados de altura. Bonavia es, además, coautor de Dictionnaire de la Préhistore (1988) publicado en París y participante en The Dictionary Ofart (1996), editado en Londres.
Las calles, la mafia y las bellas
Desde la calle de “Quemado” en el centro histórico de Lima, cuyo nombre se debe al trágico episodio en el que un comerciante italiano perdió la vida al estallar en su bodega un cargamento de pólvora, son muchos los personajes de esa nacionalidad que han dado su nombre a rincones de nuestra ciudad.
Cuéntese entre ellos, asevera el presidente de la Associazione Italo Peruana, a Giuseppe Larco o José Larco como se le nombra en una céntrica calle miraflorina, fundador y director del Banco Italiano del Perú, hoy conocido como Banco Italiano de Crédito. Del mismo modo, hasta hace poco, una de las arterias principales del distrito de Lince llevaba el nombre del general César Canevaro, esforzado militar que si bien no cayó en el campo de batalla, supo batirse valientemente en defensa de la patria durante la guerra con Chile, en la que pese a caer gravemente herido durante la batalla de San Juan, asumió la alcaldía de Lima, desde donde combatió las tropelías del ejército invasor.
Empero, como es de suponerse, en todas partes se cuecen habas, y así como a los Estados Unidos llegaron los Cappone y los Luciano, por aquí vinieron a dar también pájaros de similar plumaje. Como Pascuale Buccolo, un avezado miembro de la “Camorra” o mafia napolitana, quien a mediados de los años cincuenta se daría el lujo de burlar el fiasco. Encausado por la justicia, desaparecería misteriosamente; más de uno de sus paisanos presume que yace en el fondo del mar, modalidad usada por la Camorra para desaparecer a los caídos en desgracia al interior de su organización criminal.
Con todo, más de un lector podrá estar de acuerdo en un hecho, y ello es que lo mejor que nos ha podido llegar desde la bella Italia son, desde luego, las italianas, las que a su vez han retoñado a no pocas beldades que hoy son un regalo para nuestros sentidos. Cuéntase entre ellas a “Su Majestad” Fiorella Vismara, quien representara a Perú en el último concurso internacional Miss Italia Nel Mondo. Junto a ella destacan las ex “chicas torbellino” Fiorella y Bárbara Cayo (o caio), la mulata Mariela Zanetti y Viviana Rivasplata Aita, la rutilante Miss Perú Mundo, descendiente de italianos por la rama materna.
Calcio Peruano
Para muchos, el mejor fútbol del mundo se juega en las orillas europeas del mar Mediterráneo, específicamente en los torneos italiano y español; pero sobre todo en el primer caso, a donde anualmente llegan los mayores talentos del balompié universal, mediante millonarias transacciones, para medirse con los Vieri, del Piero y Ensagui en procura del Scudetto de la temporada di calcio.
Vale la pena recordar por eso que hace más de un siglo los antepasados de los Maradona y Batistuta llegaron a la Argentina, los Bellini y Rivelino a Brasil; los Giggia y Schiaffino a Uruguay… y bueno… los Ferrari y Galliquio –entre otros- a Perú . Sí, Galliquio. Para quienes están familiarizados con el fútbol profesional peruano, podría parecer cosa de broma hablar del último de los jugadores mencionados, quien ciertamente no parece tener nada de italiano.
“Lo que pasa –Comenta Pompilio Inglesi festivamente- es que, y esto es cosa muy sabida, a los italianos nos gustan las morenas; por eso se ve “tanta gente del pelo” con apellido italiano por ahí (jajajaja). Pero bueno, hablando e serio, lo que ocurre es que los italianos somos quienes más nos hemos integrado a la sociedad peruana, sin hacer distingos. Es muy escasa la población mestiza con apellidos anglo, franco o germánico, en cambio sí se va encontrar personar de ese tipo con ascendencia itálica. Finalmente, en cuanto a nuestro amigo Galliquio (cuya escritura correcta es Gallicchio), no me extrañaría que descienda de algún compatriota establecido en la zona de Chincha, entre mediados del siglo XIX y principios del siglo XX.